Todo volvía a estar tranquilo, estaba soñando despierta en el viaje cuando de repente se me apaga la música y suena un dichoso pajarito para avisarme de que tenía un nuevo mensaje. Como odiaba ese sonido. Me fastidio mucho porque sonó justo en el momento del estribillo de mi canción favorita. Suspirando fuertemente encendí la pantalla del móvil. Fue cuando vi su nombre en el mensaje que el enfado se me pasó totalmente.
*conversación de whatsapp*
MIGUEL =D : -No te habrán sentado mal los gofres de hoy a la mañana para el viaje verdad?? No quisiera que le echases toda la raba a tu madre en el coche, jajajaja.
YO: -Yo también te echo de menos Miguel... JAJAJAJA
MIGUEL =D : -Quien te ha dicho a ti que yo lo haga? Puajajaja
YO: -Quizás que me hayas enviado un mensaje a dos horas de haberme ido??
MIGUEL =D : -Lo admito, me has pillado
MIGUEL =D : -Te echo muuuucho de menos
YO: -Vaya, pues si me echas tanto de menos tan pronto siento comunicarte que el resto de los días van a ser un infierno para ti
MIGUEL =D : Más infierno era aguantarte todos los días cara moco (emoticono de burla)
YO: -Ya, ya.
YO: -Ya veremos cuanto tiempo consigues aguantar sin enviarme ningún mensaje.
MIGUEL =D : -Me estas retando?
YO: -Puede...
MIGUEL =D : Estas segura? Eso tendría la consecuencia de no hablarnos durante mucho tiempo.
YO : -No creo que aguantes tanto viendo lo poco que has tardado en hablarme.
YO :-En todo caso, ponemos una fecha límite. Quien mande un mensaje antes de esa fecha pierde, ¿de acuerdo?
MIGUEL =D : Una semana?
YO : -Perfecto
MIGUEL =D : Estas segura?? Va a sufrir mucho jajajaja
YO : El que va a sufrir eres tu ;)
MIGUEL =D : De acuerdo, hagámoslo.
YO : De acuerdo, hasta el sábado entonces. (Emoticono con beso)
MIGUEL =D : Te quiero, (corazón y cara con guiño)
Apague la pantalla del móvil y solté una pequeña risita que la siguió una pequeña preocupación por la posibilidad de poder perder la apuesta, "¿podré estar una semana sin saber de él?" me pregunté a mi misma. Recé por que Miguel se tragase el orgullo y anulase la apuesta, cosa que yo no podía hacer ya que soy una persona muy orgullosa. Pero parece ser que él tampoco tenía intención de quedar como un cobarde asique la apuesta siguió adelante.
-Chicos, estamos llegando a Jonday, ¿os acordáis de cómo era?- dijo mi madre intentando hacer una llegada feliz.
Yo miré a mi hermana haciéndole una señal para que intentase comportarse bien y ella me agarró la mano y me sonrió.
-No mucho la verdad, apenas tenía ocho años cuando nos fuimos pero los recuerdos que tengo de la ciudad son preciosos-dije de manera que hizo sonreír a mi madre.
-Yo sí que tengo buenos recuerdos de esta ciudad con mis antiguas amigas, igual las veo de nuevo ¿no crees?-dijo mi hermana de buena manera.
Mi madre estaba feliz-por supuesto que si cariño-dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
A los cinco minutos nos adentramos en la ciudad y yo cariñosamente desperté a Jon para avisarle de que habíamos llegado. Éste al escucharme dio un brinco y miró por la ventana ilusionado.-Mami, mami, mira la playa. ¡Es súper chuuuuli! Seguro que hay crrrocodrilos, ¡que pasada! ¿Podemos ir? Porfa, porfaaa...
-Sí cariño, después de instalarnos en casa podemos pasar a verlo-dijo mi madre cada vez más ilusionada.
Verla así me hico pensar que al final iba a ser buena idea eso de la mudanza. Mi madre volvía a sonreír.
Ya adentrados en Jonday nos costó bastante encontrar nuestra nueva casa, cosa rara ya que mi madre había vivido en esta ciudad desde que era un bebé. La cosa era que nuestra nueva casa estaba recién construida y mi madre no sabía situarla bien en el mapa. Una vez situada, llegamos de inmediato.
La casa era realmente bonita, hacia un buen clima y volver a mi ciudad me hizo sentir algo mejor de lo que esperaba. La única que parecía disgustada era mi hermana. No soltaba el móvil y podía ver en su pantalla cien mil millones de corazones en el chat de su novio. ¡Qué empalagosos que son por dios! Era un chalet precioso por fuera y por dentro tenía pinta de serlo más por lo que agarré a mi hermano de la mano y nos adentramos juntos a nuestra nueva casa para ver si estaba en lo cierto. Me quedé fascinada, era preciosa y con unas vistas al mar impresionantes. Para cuando pude darme cuenta mi hermano estaba correteando por toda la casa. Sí, parece que a el también le había fascinado nuestro nuevo hogar.
-Ali, ¿sería mucho pedir que subieses las maletas a la parte de arriba?-dijo mi madre con cara de cansancio.
-No tranqui mami. Ahora mismo voy.
Después de aproximadamente 3 horas de duro trabajo ya tenía mi habitación decentemente preparada y decidí tumbarme en la cama y hablar con Miguel para decirle lo contenta que estaba... ¡Mierda! No me acordaba de la dichosa apuesta. ¿ Y ahora qué hago ? Joder! Pufff... Le echaba de menos.
Me levanté de un salto de la cama y me puse a investigar mi habitación. Tras mucho investigar me di cuenta de las maravillas que tenía desde la ventana, se podía ver la playa y unos altos montes segidos de un pequeño bosque. Segí mirando por y ¡No me lo podía creer! En el techo de la habitación, había una puertilla que seguramente diese a otra habitación. Rápidamente me subí en la mesa para alcanzar la trampilla, la impulsé para arriba con una escoba pero al ver una inmensa oscuridad en la sala decidí dejarlo para otro momento más tranquilo y con luz, ya que era de noche y en la oscuridad me costaría más trabajo subir y ver lo que había arriba. Mi madre no me había informado de esta supuesta habitación secreta, por lo tanto decidí guardarlo como secreto y ponerle un poster encima para que no se viese nadie. Siempre he querido tener mi espacio secreto, ¡que felicidad!. Elegí el poster, sí, iba a ser uno de PPL ya que encajaba perfectamente con el tamaño de la puertecilla. Me subí encima de la mesa para alcanzar el techo y poder poner el poster y...
-Que hacer tata, te vas caer-del susto me caí de espaldas al suelo y me di un grande golpe en la cabeza- ¡Uaaaala tengo supe poderes!-dijo mi hermano fascinado.
Mi hermano se alejó rápidamente a la cocina para aprovechar sus supuestos súper poderes-mamaaa, me vas a dar un helado. Un helado gigante. No mejor dos, uno de fresa y otro de arcoíris, con duendes alrededor...-su voz se desvanecía poco a poco y me encontraba sola en la habitación con un dolor de cabeza impresionante. "Maldito renacuajo, que susto me ha dado" dije entre dientes.
Decidí tumbarme en la cama y descansar un poco, tenía tanto dolor de cabeza que se me quitaron las ganas de poner el poster y adentrarme en mi nuevo rinconcito secreto. Además, mañana había clase y tenía que descansar. Cogí el móvil, les dije a mis amigas de Navarra que ya estaba en mi nuevo hogar y seguidamente opté por irme a dormir. "No, tengo que hablar a Miguel"pensé. Abrí su chat y me decidí a escribirle "lo admito, no puedo resistirme a hablarte", tenía que mandarlo-vamos Ali solo tienes que pulsar el botón de enviar-me dije respirando hondo. Nada, mi orgullo era demasiado grande como para mandar ese mísero mensaje.-Si tanto me quiere, ya me hablará el-dije intentando consolarme. Ahora sí que tenía que irme a dormir, era muy tarde y el siguiente día iba a ser un largo día. Mi primer día de instituto, lo único que pedía es que no fuese un infierno.
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SITUANDO EL NORTE
RandomA Alicia se le rompen todos los esquemas al tener que cambiarse de ciudad volviendo a la suya de origen, viéndose obligada a comenzar una nueva vida. ¿Será capaz de encontrar su camino?