-Narra Ainoa.-
Acabo de deshacer la última caja en mi nuevo piso, cerca de mi cárcel. Guardé el último vaso en aquellos muebles de color marrón claro. Soy Ainoa Michels, tengo el pelo marrón claro y me llega por debajo de mi pecho que por cierto tengo pero prefiero ocultarlo. Tengo los ojos algo grandes de color marrón claros, casi dorados. Mido 1'70 y tengo el cuerpo delgado con curvas no exageradas que siempre intento ocultar tras sudaderas y ropa floja. Hoy llevaba el pelo recojido en una cola, llevaba unos leggins azul marino que me llegaban por las rodillas, una sudadera gris con las letras de Oxford y tal en azul marino y por último unos zapatos grises. Me tumbé en mi nuevo y cómodo sofá blanco y azul claro. Pero no disfruté mucho de él ya que llamaron a la puerta. Esquivé varias cajas vacías y abrí la puerta marrón clara con varios cerrojos. Me encontré a una chica más o menos de mi edad, con unos ojos azules cielo, el pelo rojo y muy corto con un flequillo largo que le caia medio tapando su ojo izquierdo.
-Hola-sonrió amablemente.
-Hola-le devolví la sonrisa.
-Tu debes de ser la nueva, ¿o me equivoco? Soy Andrea-dijo mirando discretamente el interior.
-Si, yo Ainoa, ¿quieres pasar?-pregunté mientras me hacía un lado para que pudiera pasar, ella se adentró en mi casa mirando a todos lados boquiabierta como una niña que acababa de entrar en una tienda de dulces.
-Guau, ¿lo decoraste todo tu sola?-asentí- Deberías ser decoradora de interiores.-dijo mientras se sentaba en el sofá mientras miraba mi enorme plasma empotrado en mi pared blanca con dibujos de flores en azul alrededor del mueble azul.
-Es que eso es lo que estoy estudiando-reimos- ¿Quieres tomar algo?
-¿Tienes zumo de naranja?-asentí- Pues un vasito porfa plis-rei y cojí dos vasos y el zumo en mi nevera plateada y llevé todo al salón poniéndolo encima de la mesa pequeña de café de madera blanca. Llené los vasos y ella lo tomó casi al momento- Esto es muy grande.-asentí-Deberias alquilar una habitación.
-Oh, buena idea-sonrei, dejé el vaso en la mesa y corrí hasta mi habitación buscando el portátil con la manzanita mordida blanco.
Lo llevé al salón y publicamos un anuncio en Internet que decía: "Se busca compañero/a de piso. Cerca de la Universidad de la ciudad de Londres. Interesados/as llamar al 9248284801 y preguntar por Ainoa." Al pulsar el botón de publicar volvimos a lo nuestro, a los 5 minutos el teléfono blanco con aspecto antiguo sonó. Yo me lo llevé a la oreja.
~Conversación telefónica.~
-¿Diga?-contesté casi al instante.
-¿Ainoa?-preguntó una voz grave pero sexy- Llamaba por el anuncio de Internet.
-Ah si, ¿y tu eres...?-dejé de hablar esperando a que completara la frase.
-Harry, Harry Styles-yo sonreí- ¿Nos podemos ver hoy? Para hablar de los últimos detalles y todo ese rollo.
-Claro, ¿conces el bar Retro?-escuché un ajá- ¿Pues allí a las 5 y media?
-Me parece estupendo. Pues allí nos veremos.
-Una última cosa, ¿cómo te voy a diferenciar de los demás?-dije.
-Tranquila cariño, yo no soy fácil de olvidar-dijo con aire misterioso y colgó.
~Fin de la conversación telefónica.~
-¿Quién era?-preguntó mi nueva amiga pelirroja.
-Era un interesado en la habitación.-miré el reloj, las 5 de la tarde- Ahora si me disculpas, tengo que arreglar todo esto y yo también-sonrió- Nos vemos luego.-la acompañé hasta la puerta y nos dimos dos besos.
-Quiero que me digas cómo es eh, recuerda, vivo en frente. Sé quién entra y quién sale-reimos.
-Igual cielo-sonreí y no cerré la puerta hasta que ella entró en su casa.
Lavé los vasos, los sequé y guardé, limpié la mesita de café, tiré todas las cajas vacías, me duché, me puse unos shorts vaqueros, una camisa blanca medio transparente que metí por el short y saqué un poco, unas bailarinas blancas, una chaqueta vaquera, un bolso marrón claro con flecos donde metí lo necesario: las llaves de casa y del coche, la cartera con el dinero y toda la documentación y un cacao labial. Me hice una trenza de cola de sirena que caía sobre mi hombro derecho menos mi flequillo peinado con la raya al medio, largo que caia sobre mis mejillas. Salí y bajé al garaje en busca de mi Mini negro con el techo, los retrovisores y las llantas amarillas. Conducí en busca de aquel bar. Aparqué y me adentré en busca de aquel chico misterioso. A la hora acordada yo estaba saboreando un té frío cuando un chico llamó a la rubia que tenía a mi lado.
-¿Ainoa?-le preguntó, reconocí esa voz grave y sexy.
-No-contestó la rubia con pelo largo suelto que caia sobre su cintura, tenía curvas muy marcadas, cara perfecta y vestía muy provocativa- Pero me gustaría serlo-pude notar que se mordió el labio y Harry no sé que hizo pero rió, una risa perfecta.
-Ainoa soy yo-me giré a ver al misterioso, me topé con unos ojos verdes esmeraldas a pocos centímetros de mi rostro, me aparté y me fijé mejor, llevaba una camisa tipo vaquera con los tres primeros botones desabrochados dejando ver unos tatuajes que le daban un aire de chico malo, unos jeans negros con un cinturón marrón claro y unos zapatos del mismo color que los jeans. Llevaba sus rizos peinados para atrás, estaba sonriendo, tenía una perfecta sonrisa acompañada de unos hoyuelos muy monos. Yo le sonreí para no ser maleducada y también le dejé ver mis hoyuelos, una casualidad. Le tendí la mano y él la tomó para acercarme a él y darme dos besos. Eso me pilló desprevenida.
-Bueno, ¿cuándo me mudo?-dijo frotando sus manos impaciente.
-Eieiei, hecha el freno Magdaleno-rió- todavía no te conozco. Yo no voy a dejar a cualquiera vivir en mi casa eh.
-Oh, me ofendes-dijo poniendose una mano en su pecho- Yo no soy cualquiera-esta vez reí yo.
-Esto es como una especie de entrevista-asintió y comencé a preguntarle cosas sobre él y él sobre mí. Acabamos a las 8 y media, le expliqué dónde quedaba mi casa y quedamos en que se mudaría mañana a primera hora. Subí a mi casa, al meter la llave la puerta y me volví porque Andrea estaba detrás mía.
-Hola-sonrió- ¿Es guapo? ¿Cómo es? ¿Tiene novia?-el bombardeo de preguntas.
-Hola, guapo se le queda corto, con rizos, hoyuelos y sonrisa perfecta, voz grave y sexy, con tatuajes y un buen cuerpo. No lo sé, pero de la forma que me escaneaba en el bar, supongo que no-ella sonrió pícara- Ahora me voy a mi cama, un placer hablar contigo-ella entró en su casa satisfecha y yo en la mía. Me pusé mis pantalones cortos blancos con lunares de colores, una camiseta de tirantes blanca con estampado igual que el pantalón y unos zapatos de andar por casa fucsias. Cené, me solté el pelo, lo cepillé y me metí en mi gran cama morada con detalles en dorado, al rato me abalancé a los brazos de Morfeo.
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Hola, este es el primer capítulo de mi nueva novela, espero que os guste. No olvideis a darle al botoncito de Votar o comentar, no os cuesta nadita D: Os quiere.
Att; Ainoa que por las noches es una Unicornia salvaje/ninja llamada Lady Arcoiris ♡.