Un último soplo de vida

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Las clases terminan, espera poder refugiarse en los brazos de alguien, pero sabe que él no está allí para ella. Mel cabizbaja va caminando por la calle. Es guapa y delicadamente sensual, pero sabe que lo que hizo estaba mal, muy mal.  Su casa es la más bonita de la pequeña ciudad donde vive, tiene grandes ventanales y muchos balcones decorados con diferentes plantas y flores. Aquella casita blanca con toques de madera había sido el hogar de su abuela, de su madre y ahora el suyo.

Introduce la llave de su casa en la ranura y entra en ella sin hacer el más mínimo ruido. Todo está en silencio sus padres están trabajando aún. Calienta la comida que su padre le ha dejado preparada y se retira a su cuarto para hacer los deberes. Dos horas más tarde sale de esas cuatro paredes, ahora es libre de hacer lo que quiera. Su móvil empieza a vibrar, y suena Alejandro de Lady Gaga. Lo coge. Una voz familiar la invita a ir a su casa. Piensa que si quiere recuperar a su novio no debería hacer algo así, pero necesita a alguien. Acepta la invitación, y la persona al otro lado del aparato sonríe maliciosamente.

Alexander mira a través de la ventana de su habitación.  Recuerda la declaración de Mel como si fuera ayer, la culpabilidad en sus ojos,  sus frases apagadas y después el rechazo de él y sus lágrimas.

Hace un mes más o menos…

Esta nerviosa, demasiado. Se lo ha dicho pero no habla, ha entrado en un estado de shock i no responde. Piensa rápido pero no se le ocurre nada solo estar callada i mirarle a los ojos. Sus preciosos ojos negros que parecen no desearla ver. Es guapo, rubio ojos oscuros y una gran sonrisa.  Por fin empieza a mover los labios sin decir nada, como no encontrando las palabras adecuadas, precisas para aquel intenso momento.

- Yo, yo no sé qué decir… - Suponía algo así, pero se queda callada pensativa – Es que no me lo esperaba…

- Lo siento…

- ¿Te crees que con un simple lo siento todo se arregla todo?

- Yo… Me arrepiento mucho, por favor perdóname, me odio por lo que he hecho.

- No puedo, han sido dos meses y no has tenido el valor de decírmelo, creo que ya no deberíamos salir juntos. – agachando la cabeza se aleja, con lágrimas cayéndole de los ojos, dando a entender que es el final para los dos.

Lo mira irse. Llora en silencio y decide luchar por él y enamorarlo de nuevo, tiene esa esperanza en sus azules ojos llorosos.

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⏰ Última actualización: Sep 07, 2013 ⏰

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