Capítulo 5

2.5K 277 156
                                    


LUCIA

Camino hacia las puertas del restaurant donde voy almorzar con Sara, ya recupere mi teléfono que se había caído dentro del auto, por suerte no se me extravió, veo que todavía está en la entrada del lugar cosa que me extraña.

« ¿Será que no hay mesa disponible? »

Al llegar donde está mi amiga, me doy cuenta que algo le pasa, está muy pálida.

— Sara ¿Qué te pasa? estas pálida ¿Te sientes mal? — le pregunto mientras la tomo por los brazos por si se marea.

—Si — me responde con voz poco audible — Me siento un poco mareada pero ya se me va pasar tranquila. Será mejor que lo veas por ti misma.

No sé a qué se refiere con su última frase, decido que entremos al sitio para poder tomar una mesa, supongo que mientras comemos ella se repondrá por completo, antes observo todo el lugar para ubicar en donde sentarnos, en ese instante con lo que veo antes mis ojos siento como si se me partiera en pedazos en cuestión de segundos, un desagradable escalofrío recorre mi espina dorsal calando hasta mis huesos.

Abro mis ojos ampliamente para verificar si es que estoy viendo mal, pero lamentablemente no es así, es él, es mi Efrén, el hombre al que amo, por el que deje mi vida entera en mi país, para venirme aquí con él, con él que sueño ir a dormir cada noche y despertar cada mañana, en brazos de otra mujer, dándole caricias y besos que me pertenecen o al menos eso pensaba, ¿Es que no soy suficiente para él? Me ha engañado haciéndome creer que si. Siento mi corazón latir rápidamente, un dolor punzante en mi pecho como miles de puñales clavados en él.

Me siento como suspendida en el aire, como si estuviera en otra dimensión ¿Por qué me hace esto? Siento que me falta el aire, mi respiración se acelera tratando de llevar oxígeno a mis pulmones, no puede ser ¿Efrén con otra mujer? De repente siento náuseas y como mi cuerpo se tambalea ante tal impresión, la sangre se me congela en las venas, el dolor, la decepción y una rabia intensa me van colmando internamente, tantas sensaciones y explosiones juntas que hasta me mareo. Lo que quiero es matarlos a los dos, es que lo veo y no lo creo, quiero moverme caminar hasta ellos o tal vez salir corriendo de aquí, para no verlo nunca más, pero mis piernas no me responden, mis pies están pegado al piso y aunque quiera no puedo dejar de mirarlos. Me siento terriblemente mal, sin fuerzas siento que me voy a caer al suelo hecha polvo. Nunca pensé que una traición de este tipo doliera tanto, es como si te perforaran el alma « ¡Me traicionó, Efrén me traicionó! ».

— ¡Lucía por favor cálmate! Te va dar algo amiga estás demasiado pálida — me dice Sara al oído mientras me sujeta por la cintura — Estás helada es mejor que nos vayamos y luego hablas con él, no estás en condiciones de hacerlo ahora.

Al escuchar a Sara, siento que me trae de vuelta a la realidad, las piernas se me desbloquean, de nuevo emerge la ira y esta puede conmigo, me suelto del agarre de mi amiga y camino con decisión hasta la mesa donde se encuentra Efrén con esa zorra, en el trayecto siento como la adrenalina se apodera de mí, por supuesto él ni siquiera se ha dado cuenta que estoy en el mismo sitio, está muy entretenido para notarlo. Me detengo justo en su mesa y ambos voltearon hacia mí, Efrén abre los ojos sorprendido y veo que le da un empujón a su acompañante «Demasiado tarde imbécil ya los vi».

 Me detengo justo en su mesa y ambos voltearon hacia mí, Efrén abre los ojos sorprendido y veo que le da un empujón a su acompañante «Demasiado tarde imbécil ya los vi»

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Contigo, lo quiero todo. Ahora y SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora