SEIS

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Prácticamente terminando las clases salí corriendo hasta llegar al estacionamiento del instituto, pude ver a Justin recargado en su auto, mirándome fijamente. Cuando por fin estuve frente a él solo me beso, sin importarle nada, yo al principio trataba de separarme y tratar de guardar la compostura, porque si alguien nos veía de esta manera seguramente tendríamos muchos problemas.

– Justin... espera... -susurre sobre sus labios.

No fue suficiente. Su lengua recorriendo cada centímetro de mi boca era algo que haría enloquecer a cualquiera, era algo con lo que simplemente no podía luchar.

Fue demasiado tarde cuando nos separamos, alguien detrás mío se había aclarado la garganta. Maldita sea. Justin me alejo de él y lentamente fui dando la vuelta para encontrarme con la cara de mi madre, su expresión no era la que usualmente le conozco cuando está molesta. Esta vez lucia... ¿decepcionada? O algo por el estilo.

– Sabe usted que mi hija es menor de edad. Y usted es su profesor, no debería de aprovecharse así de sus alumnas, no sea hijo de p...

– Mamá, detente –le suplique– Esto no es culpa de el ¿sabes? La única que incito esta situación fui yo.

– No Angie, esto lo hicimos ambos. Porque tu no me obligaste a hacer algo que yo no quisiera hacer... Y ahora, señora, lamento mucho todo esto. Entiendo que usted pueda pensar que soy un hijo de puta por hacer esto, pero tenga por seguro que no volverá a suceder. Creo que tiene razón y debo tomar ahora más que nunca mi papel como profesor de su hija y como nada más. Aceptare si usted quiere hacer algún movimiento legar al respecto, yo no me negare.

– Solo quiero que se mantenga lejos de mi hija...

Estaba nerviosa. Esto no podía estarme pasando. Mi madre me está haciendo pasar el peor de los momentos, ellos dos están charlando sin siquiera dejarme opinar al respecto, no se interesan en lo que yo pudiese pensar. Sé que yo misma he dicho que el sexo es solo eso, SEXO. Cuando te enredas con alguien e involucras los sentimientos lo único que consigues es sufrimiento. Como ahora. No conozco de verdad a Justin y de alguna extraña y retorcida manera siento que lo amo y no quiero separarme de él. No quiero dejar de verle. Esto no puede acabar aquí.

– Así será...

Fue lo último que dijo antes de estrechar la mano de mi madre y salir del estacionamiento en su auto. Mis ojos se cristalizaron, no podía creer tan cosa. Rompí en llanto y me deje caer de rodillas al suelo. Sentí los brazos de mi madre enrollarse en mis hombros.

– ¿Por qué? –le cuestione entre lágrimas.

– Esto será lo mejor cariño, tal vez ahora no lo entiendas pero tarde o temprano te darás cuenta de que lo he hecho por ti. Por favor entiéndeme... Si tú fueras la madre... ¿te gustaría ver a tu hija liada con un profesor? Y lo peor es que lo suyo solo era sexo. Tienes que aceptarlo.

Volví a romper en llanto. Maldita sea. Mierda. Joder. Por más que me doliera aceptarlo era la verdad. Lo que había entre Justin y yo solo era... lujuria. Sexo sin compromisos. Era un polvo y nada más. A pesar de ello me delio en el alma escucharlo decir aquel "Así será". No creo que yo pueda aceptar así de fácil esta decisión que solo él ha tomado.

Tengo que hablar con él. Tenemos aún que aclarar muchas situaciones. Tal vez todo no esté tan perdido... aun.

Camine a casa junto a mi madre, no puedo molestarme con ella por preocuparse por mí, soy su hija y ya decía yo que no por nada había reaccionado tan tranquila esta mañana. Al llegar lo único que hice fui encerrarme en mi habitación e intentar comunicarme con Justin, pero no contesto ninguno de mis mensajes y su móvil al parecer estaba apagado ya que sonaba la contestadora.

¿Acaso hablaba en serio y esto es el fin de todo? Piensa solamente tratarme nuevamente como su alumna, hablarme para lo estrictamente necesario en clases. Nooooo... no puede pasar esto. ¿Cómo puedes convivir con tu profesor a diario y hacer como que no pasa nada cuando sabes que pasa todo?

– A cenar enana –vi a Dylan asomarse por la puerta, al verme con los ojos hinchados como globos se acercó a mí y me tomo entre sus brazos– Angie, no llores corazón. Encontraras a un mejor tipo, ese profesor es un imbécil, y no dudes que le voy a patear las pelotas.

– ¿Mamá te lo dijo? –negó.

– Yo los escuche el día que tuve sexo con Jessica aquí en casa.

– ¿Y porque no dijiste nada?

Me extraño demasiado eso ya que siendo el indudablemente habría utilizado tal información para extorsionarme con mis padres. Como lo ha hecho en el pasado.

– No lo sé –se quedó callado por algunos segundos- al principio no pensé que fuese el profesor con quien te liabas, pero cuando mi madre me lo confirmo... No quiero que te lastimen, idiota.

– Ese no era el plan –me recargue en su pecho y volví a romper en llanto.

Al día siguiente...

Pasa la primera hora de clases, estoy ansiosa por ver a Justin. Cuando la campana suena salgo disparada hasta el aula, no hay absolutamente nadie. Es raro, ya que por ser la segunda hora el ya debió estar aquí. Tome mi lugar en la parte trasera. Espere... los demás empezaron a llegar. Él no lo hace. Muerdo mis uñas. Estoy nerviosa. Desesperada. Impaciente. En vez de el veo llegar a un hombre algo robusto y de larga melena. Deja su portafolio sobre el pupitre y se presenta:

– Buenos días chicos, mi nombre es Ronald y seré su nuevo profesor de física.

DEAR, TEACHER / ONE SHOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora