48. Azael

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Azael

14-Junio-2014

El atormentador sonido de las sirenas de la ambulancia desgarran mis oídos, sensibles por razones que desconozco y mi visión borrosa no ayuda mucho. Lo último que recuerdo es que estaba tomando unos medicamentos y ahora voy camino a un hospital. Odio los hospitales

Cuando mi visión se aclara logro distinguir a Christian, mi padre, sentado al otro extremo de la camilla, en mi muñeca hay una venda un poco manchada de sangre y más arriba hay una aguja que ayuda a pasar los líquidos que me colocan cada vez que me dan los ataques de mi enfermedad.

-Vuelve a dormir-. Me ordena mi padre.

-¿Qué sucedió?-. Pregunto algo confundido.

-Rompiste tu promesa-. Christian tiene su cara apoyada en sus manos y una evidente expresión de tristeza grabada en ella. -Después de dos años te volviste a cortar, y esta vez es fatal-. Ni siquiera dirige su mirada hacia mí, debe ser porque tiene sus ojos encharcados debido a las lágrimas que se niega a dejar salir. Nunca quiso que lo viera llorar.

En ese momento recuerdo todo, las imágenes llegan a mi mente una a una.
Yo estaba en el baño, algo desesperado, porque su recuerdo había llegado, maldita Camille Johnson, el horror de recordar la imagen de su cuerpo sostenido por una soga que cuelga de la rama de un frondoso árbol y reposa sutilmente en el cuello de la que solía ser mi amada y luego recordar a mi madre y el día en que a base de engaños decidió dejarme con mi padre y largarse a buscar "una nueva vida". Eso quizá se lo hubiese perdonado pero no se dignó a llamar, por lo menos una llamada para saber si mi enfermedad al fin había acabado conmigo o si aún seguía respirando con el odio suficiente como para querer asesinarla por haberme dejado. Fue un día hecho para hacerme sufrir así que sin pensarlo tome una de mis cuchillas que aún conservaba y comencé a hacer pequeños cortes y luego cada vez más profundos, al parecer eso no fue suficiente porque luego tomé un puñado de pastillas para dormir y las tragué todas una detrás de otra.

-Lo siento-. Le respondo a mi padre evitando que las lágrimas vuelvan a salir. -Es que ellas aparecieron y...-. Intento explicarle pero me veo interrumpido por su imponente voz.

-Solo vuelve a dormir-. Me miro y por primera vez vi lágrimas correr por sus mejillas, ya veo porque nunca quiso que lo viera así, es realmente devastador. -Todo estará bien-. Cruzó sus brazos y se recostó fingiendo dormir él también.

Aún con ganas de romper a llorar y con la imagen de su mirada llena de tristeza rondando mi mente decido obedecerle pero despierto de golpe debido a un fuerte dolor en el pecho. Me asombro al ver que me encuentro en una habitación de hospital, ¿tanto dormí?, pero si sentí que no fue nada, dirijo mi mano izquierda a mi pecho y me doy cuenta que la venda ya no está, debo admitir que esto me alegró un poco pero esa alegría desapareció al ver que mi padre habla con el médico y me mira con una mezcla de tristeza y preocupación.

-¿Qué te ha dicho?-. Le pregunto inmediatamente se desocupa con el doctor.

-Nada importante-. Responde él con voz quebrada.

-Nada importante-. Imito su tono pero de forma burlona o más bien grosera. -No soy idiota Christian vi que estabas preocupado, ¿Qué sucede?-.

Él duda al principio pero al verse obligado responde. -Necesitan hacerte una transfusión de sangre-. Pronuncia cuidadosamente cada palabra.

-Pero ya me han hecho seis-. Digo algo confundido porque no entiendo su preocupación.

-Ese es precisamente el problema-. Aparta su mirada de mí y se recuesta a la camilla cruzando los brazos. -Llevas tantas que ya tu corazón esta deteriorado, una más lo destruiría-. El dolor de mi pecho aumenta y me doy cuenta que proviene de la zona donde queda ese órgano. -Necesitas un corazón nuevo y...-. Hace una breve pausa haciendo que imagine lo que va a decir. -Soy el único donante disponible-.

Mis ojos se llenaron de lágrimas y él solo me dedica una tierna sonrisa. El pensar que esta podría ser la última vez que vea una de esas me desgarra el alma, se que nada de lo que yo diga hará que las cosas cambien, el va a dar su vida por mí y yo tendré que vivir sin él por lo que me queda de vida, siento la humedad correr por mis mejillas y me doy cuenta que las lágrimas recorren mi rostro como si este fuera una pista atlética y ellas los mejores corredores. Maldita vida la mía.

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-Tranquilo-. Me dice Christian que ahora se encuentra recostado en la camilla a mi lado sosteniendo mi cabeza contra su pecho. -Sabrás como salir adelante.

Yo solo observaba a la nada deseando que todo fuera un mal sueño, "soy el único donante disponible" esa frase hace eco en mi mente y la imagen de Christian sonriendo le hace compañía haciendo que mis ojos se humedezcan.

-Ahora intenta dormir-. Deposita un beso en mi frente y yo le doy un gran abrazo, por primera vez en 16 años las palabras salen de mi boca y no hago ningún esfuerzo por detenerlas "te amo papá".

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Jamás pensé encontrarme en un quirófano, no pude dormir en lo que va de la noche por el contrario Christian nos deja sordos a todos con sus ronquidos, esto realmente esta pasando y debo aceptarlo, no volveré a ver a Christian.

-Apliquen la anestesia general-. El mismo doctor que hablaba con Christian hace unas horas le ordena a una de las enfermeras, muy hermosa por cierto, y ella nos coloca a Christian y a mi una mascara de oxígeno como las usadas en las muchas terapias respiratorias que me han hecho.

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-Christian-. Digo asombrado al verlo al final de un inmenso pasillo empiezo a caminar para alcanzarlo pero veo que él no tiene intenciones de llegar a mi, solo esta ahí saludando y sonriendo o será... ¿despidiéndose? No puede ser, si era cierto, acelero el paso y sin darme cuenta ya me encuentro corriendo. -No!-. Grito tratando de alcanzarlo pero cada vez se aleja más, no puedo dejarlo ir sin antes darle un abrazo. -Papá-. Mi voz sale débil y las lágrimas empiezan a salir de mis ojos haciendo que mi visión se torne borrosa.

Con la parte posterior de mi muñeca limpio mis ojos apartando las lágrimas y trato de alcanzar a Christian pero es imposible, el pasillo se vuelve oscuro y la voz de Christian hace eco en el lugar, "eres más especial de lo que crees, te amo" me detengo al ver que no podre llegar a él. -También te amo-. La respuesta sale de mí sin pensarla.

Autor: @JasonStone98


Esta novela recién está empezando y queria saber si se pasan a darle el visto y agregarla en su biblioteca.

Esta buena y espero que siga así.

Desde ya todo mi apoyo para esta novela y muchos exitos!

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