Oscuridad (Wigetta)

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Por primera vez en mucho tiempo sientes temor, un horror que te ha hecho esconderte en lo más profundo de una cueva a kilómetros de tu hogar, que no te ha dejado dormir en las interminables horas de tu nueva agonía, poco a poco las voces se apoderan de tu mente, lentamente tu alma es consumida por las abominables imágenes que retienes en tu cabeza. Vamos Willy, sabes que lo deseas... Quieres que se detenga, que aquel murmullo que ahora invade parte de tu mente calle su voz y detenga tus actos. No puedes escapar de tu destino. ¿Acaso no era tu destino ser la luz? ¿Entonces? ¿Por qué lo has hecho?

- Yo no lo hice... - intentas convencerte, sin embargo la prueba de tus actos se encuentra justo a tus pies, la espada con la que juraste proteger la voluntad de Amana ahora corrompida por la sangre seca de los pobres hombres y mujeres que has masacrado.

Ven a mí. Niegas rápidamente a lo dicho por aquella voz, rodeando tus rodillas con los brazos abrazándote a ti mismo con fuerza, no quieres aceptar que tu alma ahora está corrompida. Yo te daré el poder. Te muerdes el labio con fuerza hasta hacerlo sangrar mientras poco a poco las lágrimas escapan de tus ojos.

- Willy... ­- escuchas una voz a la lejanía, un susurro tan bajo sin embargo aún perceptible sobre las voces, y comienzas a temblar. Matalo... te abrazas con más fuerza intentando forzar a tu cuerpo a quedarse quieto. No quieres atacar a quien te está buscando.

Levantas la mirada fijando la vista en las estrellas que hay esta noche y agradeces por que la oscuridad te permita huir de quien sea que está tras tus pasos, solo quieres desaparecer para no hacerle daño a nadie más. Solo acéptame...

- ¡No! - comienzas a golpear tu nuca contra la piedra con tal fuerza que estás seguro has comenzado a sangrar, quizá si desapareces.... Quizá si impides que tome el control de tu cuerpo.

- ¡Willy! - la voz se acerca y poco a poco la reconoces. Es Vegetta. Lo lastimaré si no me dices que sí. Estás completamente furioso, si tan solo tuvieras de frente a ese maldito Rey Cedric lo habrías aniquilado con tus propias manos. Solo debes caer... solo debes decir que si...

- ¡Willy! - escuchas el trote de un caballo, está demasiado cerca. Te levantas rápidamente y comienzas a descender a ciegas por la cueva, solo intentas huir todo lo que puedes, solo corres intentando protegerlo.

Él no se va a detener hasta encontrarte.... Y tú paras de golpe en medio de la oscuridad, siendo bombardeado por pequeñas imágenes provenientes del exterior en donde tu compañero te está buscando, y lo que ves te aterra.

Vegetta se encontraba montado en Vicente, mientras una horda de orcos le rodeaban sin darle tiempo suficiente para encontrar donde protegerse de la lluvia de flechas que había comenzado en su contra. Posteriormente una silueta oscura aparecía en el disturbio, sacando una espada encantada preparándose para arrebatarle la vida.

- ¡Basta! - le gritas a la voz, no puedes permitir que tu amigo muera de esa manera, menos por tu culpa.

¡SOLO DI QUE SI! No quieres que siga insistiendo, pero temes por la vida de Vegetta, así que apretando los puños con fuerza y sintiendo el corazón latir de la rabia contenida solo cierras el trato.

- Si, me uno a ti...¡Ahora déjalo! - y repentinamente los monstruos desaparecen del campo de batalla, dejando a un Vegetta herido en medio de la explanada.

Bienvenido a la oscuridad Willy. Y sintiendo el tirón de un tp terminas por perder la poca esperanza de vengar a la luz, de seguir el sendero de tus compañeros y vencer a la oscuridad. Terminas por perder el alma.


La historia de los Guerreros -Karmaland- (Fanfic yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora