Capitulo 5 {Maratón 3/5}

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Primer encuentro

Fue como si todo desapareciera, como si mis pies dejaran de tocar el suelo, aunque había quizás distancia, podía sentir el poder de su mirada puesta en la mía, como pude sentir a los cuatros chicos restante observarme, podía sentir mis piernas flaquear, al igual que mis dientes perforar mi labio inferior, mis vista comenzaba hacerse un tanto nublosa, decidí apartar la mirada, intentando caminar hacia la salida, confundida Bo tomo mi brazo.
- ¿A dónde vas?- cuestiono saliéndose de la fila
- Vámonos de aquí- pedí intentando caminar, pero ella me detuvo
- ¿Por qué?- cuestiono
- Es Harry, es él, esta aquí
Bo frunció el ceño buscándolo con la mirada, otra de las razones por la que era mi amiga, que no era fan de One Direction, de hecho no conocía nada de ellos, excepto un par de canciones que yo le había mostrado.
- Si él esta aquí, no importa, ignóralo, tengo hambre María y en verdad deseo comer pizza, tranquila, yo estoy contigo
Asentí con la cabeza volviendo a la fila, solo que debíamos volver a hacerla, Bo comenzó a hablar quizás intentando calmar mis nervios, yo solo escuchaba el eco de su voz, mientras me ordenaba no voltear a su mesa.
Sentía una extraña sensación recorrer mi estomago, mis manos estaban frías y a pesar de saber caminar en tacones sentía que en cualquier momento caería.
Podía sentir sus miradas a mi espalda, sentía como mi corazón se hacia pequeño, debía admitir que sentía ganas de llorar, seguía siendo una chica sensible.
- ¿Jalapeños?- me pregunto Bo, me di cuenta que ya era nuestro turno
Asentí con la cabeza puesto que sentía un nudo en mi garganta, menudo lugar al que nos volvimos a encontrar, nunca pensé en este momento, trataba de evitarlo a toda costa en mi mente, puesto que me negaba a lastimarme con ilusiones que no se cumplirían, pero aquí estaba, y aquí estaba él.
De manera automática camine al lado de Bo, puesto que debíamos esperar nuestra orden, casi quise golpearla cuando se sentó en una mesa en diagonal hacia la de ellos.
Al sentarme hice que mi cabello callera a los costado de mi rostro, como una muralla para no verlo, para no verlos.
Y ya sin poder evitarlo una lagrima resbalo por mi mejilla perdiéndose en mi cuello, apreté fuertemente mis labios conteniendo los sollozos y las ganas que tenia de gritar, o me sonrío tendiéndome una servilleta para limpiar mi lagrima, le devolví la sonrisa un tanto débil.
- No derrames la pizza- escuche a una señora reprender a un niño en la mesa de atrás
Pase mis dedos bajo mis parpados y mi cabello tras mis orejas, yo no tenía nada que esconder, por lo que recupere la compostura.
¿Qué tan diferente luciría yo ante sus ojos?, si yo me encontraba diferente al observarme en un espejo, no me imagino el cambio que los demás notaban en mi.
- Sonríe un poco, pareciera que alguien te estuviera torturando- murmuro Bo
- Él me esta torturando
- Pues ciertamente no se cual de los cinco es Harry
- El de rulos, el mas alto- respondí
- Uh, pues ya veo porque no puedes olvidarlo, es bastante guapo, todos los son ciertamente, de hecho uno me esta sonriendo- informo mi amiga devolviendo la sonrisa
Hice una mueca con mis labios mientras veía mis manos, no sabia como actuar, no sabia que hacer, quería voltear, pero a la vez no quería.

- Que no derrames la pizza- escuche nuevamente a la señora quejarse, ciertamente era como la quinta vez que decía eso desde que me senté
Algo estresada me puse de pie y me senté en la mesa de la señora viendo como el pequeño de quizás 6 años derrama su pizza cada vez que intentaba llevarla a su boca, la señora me vio de manera desconcertada.
- No derrames la pizza- repitió
- Señora deje de repetir eso- pedí- ¿no ha pensado que quizás el niño sea surdo?, toma pequeño, prueba con esta mano
El niño con el ceño fruncido acepto el trozo de pizza con su manita izquierda y acto seguido con solo un poco de dificultad lo llevo a su boca.
- Listo, problema resuelto, solo deje que use su mano izquierda- dije poniéndome de pie
- Gracias…- murmuro la señora aun sorprendida
Me fue imposible no voltear cuando volvía a mi mesa, y si me estaban observando, les lance una mirada mordaz, de verdad quería ignorarlos.
- Vaya, toda una psicóloga- me animo Bo haciéndome sonreír
A los pocos minutos nuestra pizza llego, la comimos con un poco de silencio, por mi parte algo incomoda.
- ¡hey!, la chica de falda gris- grito una voz masculina
Baje mi mirada haciendo de cuenta que no era conmigo mientras el chico insistía, Ilse me hiso señas de que volteara y así lo hice, buscando a la voz que me llamaba, un chico de la mesa de delante de ellos. El chico al ver que le di mi atención me sonrió, le devolví la sonrisa algo nerviosa.
- Mi amigo quiere conocerte- me dijo señalando a un chico rubio frente a él
Él chico me dio una pequeña sonrisa a la vez que sus mejillas se tornaban a carmesí, admito que eso me pareció adorable, le hice señas de que estaba comiendo.
- Oh vamos, será rápido, no seas descortés- insistió
El rubio pareció pedirle que me dejara de molestar, por lo que suspire mientras me ponía de pie, conocer a alguien especialmente del sexo masculino no me haría daño, el daño seria que era justo la mesa de delante de ellos.
Camine a paso firme hasta el chico rubio, luego con una sonrisa le tendí mi mano y ¡madre mía!, los ojos de aquel chico eran verdes, un verde muy intenso, un verde como las hojas de un árbol, un verde espectacular, era muy – bastante- atractivo, podía sentir como mi boca se abría, luego sentí el apretón amistoso de la mano del chico sobre la mía.
- Sebastián Jarolette- dijo con una voz profunda, gruesa y varonil y con una asentó italiano simplemente sensual
- María Patterson- murmure intimidada
- Si te quedaban dudas Harry, si es ella- escuche la voz de Zayn a mis espalda
Respire hondo tratando de que la sonrisa no se borrara de mis labios y no correr de aquel lugar.
- ¿Por qué no vienen tu y tu amiga a sentarse con nosotros?- pregunto el otro chico- soy James
- Ohm, no lo creo, yo… debo, ella quizás… no…quiera- seguía siendo una pésima mentirosa
- Hey chica- llamo James a mi amiga- ven, comeremos juntos
Tal vez debería practicar con Bo eso de las señas secretas, puesto que no entendió ninguna de mis señas pidiéndole que se negara.
Fui obligada, bueno no, en realidad yo solita me senté junto a Sebastián dando la espalda a lo que podría decirse mi pasado, preferí darle la espalda que mi rostro, todos comían, pero en realidad yo ya había perdido el apetito.
- ¿eres modelo?- me pregunto James
- ¿perdón?- pregunte enarcando una de mis cejas
- Si, es que eres alta, preciosa, te vistes de una manera ¡wow! Y no comes, deduje que eras una modelo
- Te lo dije- me recordó Bo riendo
- No, no soy modelo, ni planeo hacerlo- conteste si me permiten decirlo bastante cortante
- ¿de donde eres?- me pregunto Sebastián con su acento tan…
- De España - respondí tranquilamente- ¿tu eres italiano cierto?
- Si, ¿se nota mucho?- pregunto Sebastián
- A kilómetros- escuche una voz desde atrás, claramente sabia de quien se trataba, y mi corazón también porque comenzó a latir desenfrenadamente
- ¿y cuantos años tienes?- pregunto James
Bo se disculpo diciendo que iba al baño un momento, yo si me permiten decirlo, quise matarla.
- ¿es esto un interrogatorio?- cuestione, y ellos comenzaron a reír
- No, es solo curiosidad- aclaro Jame sonriendo
- Tengo veinte años recién cumplidos
- ¿hace cuanto?- pregunto Sebastián bebiendo de su jugo
- Una semana- respondí
- Pues pareces mas niña, tienes cara de una adolescente, eres una damita
Aquel calificativo expuesto por James me hiso hacer una mueca claramente de desagrado.
- En serio que pareces modelo- insistió James
- James ya déjala, te ha dicho que no es modelo- pidió Sebastián- ignóralo es lo que yo hago
- Ya lo creo…- me limite a decir
Y a continuación todo se volvió un silencio incomodo, mi mirada se clavo en la puerta del baño esperando que mi amiga saliera, sentí que halaban mi cabello, un tirón, dos tirones, tres tirones y eso fue todo lo que necesite para voltear y encontrarme con la sonrisa encantadora de Niall y sus ojos azules intensos observándome mientras sus manos jugaban con mis mechones rojos.
- ¿con que mechones rojos?- pregunto con ese acento irlandés que extrañaba escuchar- hola
La mirada de los cinco estaba pues en mi, los detalle a cada uno, seguían iguales solo que sus rasgos faciales ya no eran tan aniñados, al toparme con los ojos de Harry desvié la mirada rápidamente.
- Hola- murmure en una mueca
- Me alegra verte- continuo Niall con una sonrisa sincera
- Que bien- fue lo que pude a decir
- Oye modelo-escuche la voz de James
Gire los ojos mientras resoplaba y me giraba.
- Que no soy modelo- repetí
- Bueno si no eres modelo, ¿Cómo es que conoces a One Direction?- cuestiono
- ¿sabes? Ahí viene mi amiga, ya debemos irnos, fue un placer- dije poniéndome de pie
- Espera, ¿podrías darme tu numero?- pregunto Sebastián viéndome con sus hermosos ojos
- Me encantaría, pero no me se mi numero, es nuevo- me disculpe ya de pie
- Déjame y te anoto el mío- pidió Sebastián
Escribió su numero en una servilleta y luego me regalo una sonrisa antes de sentarse y dame la espalda, Bo venia acercándose, estaba observando la servilleta cuando de un momento a otro desapareció de mis manos, o alguien la arranco de mis manos.
Parpadee y encontré a Louis limpiando su boca con la servilleta.
- Gracias, la necesitaba- me dijo Louis- ¡hola!
Mi boca se abrió mientras al parecer a los otros cuatros le parecía gracioso puesto que los había conocido muy bien como para saber que estaban conteniendo la risa.
- ¿ya nos vamos?- pregunto Bo sosteniendo en sus manos las bolsas con los converse
- Definitivamente- murmure dándome la vuelta
Justo cuando iba a caminar una mano tomo mi muñeca, sentí un escalofrió recorrer mi cuerpo al reconocer aquel tacto, no quería girarme, no quería.
- María, hablemos- pidió la voz de Harry
- Lo siento, pero debo irme- dije soltando mi muñeca de su agarre y sin voltear
Camine a pasos firmes fuera del local, ya una vez afuera quise llorar, pero respire hondo tratando de sonreír hacia Bo.
- ¿próxima parada?- pregunte con un fingido entusiasmo
- Conmigo no debes mentir, podemos ir a casa para que desahogues todo, que no te de vergüenza llorar ante mi, después de todo, llorando te conocí- dijo Bo dándome un empujón amistoso
- Gracias…
Lo cierto es que quería llegar al departamento, lanzarme a la cama gritar y patalear, deseando que nada hubiese cambiado, que este primer encuentro no me hubiese afectado.

The perfect girl h.s. |ADAPTADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora