Capitulo 25

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Él no se detuvo, camino hasta su habitación, con los pies descalzos y solo llevando una camisa de Harry lo tome de un brazo.

- Harry – lo volví a llamar agarrándolo fuertemente

- ¿Qué vas a … - sus palabras fueron silenciadas cuando mis labios se posaron sobre los suyos

Suavemente deslice mi mano hasta su mejilla ahuecando su rostro en mi mano, mis labios acariciaron los suyos suavemente, era consiente de lo que estaba sucediendo y no pensaba detenerlo, ya estaba cansada de la triste historia, era el momento de darle un giro a esta historia, nuestras historia.

Las manos de él se posaron sobre mi cintura y quizás eso fue lo que me impulso a rodar sus caderas con mis piernas a su alrededor dejando así de tocar el suelo.

Lo sentí sonreír, y todo dentro de mi se revolvió, lleve mis manos a sus rizos hundiendo mis dedos sintiendo las fibras de sus rulos acariciar mi mano y abriéndome paso a su boca con mi lengua.

Con sutileza atrape su labio inferior entre los míos mientras sentía sus manos en mis muslos desnudos, caí en cuenta de que yo solo llevaba una de sus camisas y abajo solo mi ropa interior, mientras que él solo llevaba sus bóxers y su camisa, el roze de sus manos sobre la piel de mis muslos quemaba.

Libero mis labios para mirarme con una sonrisa, beso dulcemente mi mejilla izquierda para llegar a mis labios y murmurar “¿Cómo estamos ahora?”

- Estamos intentándolo ¿no? – fue la respuesta que di

- Era lo que esperaba escuchar - me indico con una sonrisa ladeada

Y dicho esto posó sus labios sobre los míos, mis manos se aferraron a sus hombros sintiendo como mi espalda daba con la pared, tantas sensaciones recorrían mi cuerpo, no tenia tiempo ni de pensar, solo actuar.

No me había dado cuenta cuanto había extrañado sus besos hasta ahora, estos besos no eran tan inocentes como los de tres años atrás, ese tenia una chispa de pasión y experiencia que con el tiempo ambos habíamos adquirido.

Con delicadeza separe mis labios de los de él, buscando aire para mis pulmones, mi respiración era entrecortada, ladee la cabeza hacia un lado y le regale una sonrisa, mientras le daba un suave y corto beso.

- Bájame – pedí

- No deseo hacerlo

- No me iré, puedes estar tranquilo y bajarme – asegure sabiendo a lo que temía

- ¿si te bajo no te iras?

- No – dije – lo prometo

El asintió mientras yo desacía el agarre de mis piernas a sus caderas y era depositada en el suelo, arregle como pude la camisa que traía, ya no sentía vergüenza ni incomodidad de estar tan expuesta.

- Y bien…- dije - ¿Qué hacemos?

- Se me ocurren muchas cosas – respondió subiendo y bajando las cejas continuamente

- Pervertido

- No he dicho nada – se defendió – pervertida tu que estas pensando que yo estoy pensando cosas impensables que no se pueden pensar ya que no estoy pensando lo que tu crees que estoy pensando que estas pensando tu

- ¿ah? – dije mareada ante la repetición de una misma palabra tantas veces

Él rio y se acerco a mi, poso ambas manos en mi cadera, mientras su mirada de manera intensa se posaba sobre la mía.

- Ahora solo me apetece pasar el resto del día juntando mis labios con los tuyos – susurro contra mis labios

Sentí mis piernas temblar, al igual que los latidos de mi corazón ser desenfrenados, lleve mis manos a su cuello, sintiendo como su aliento se mezclaba con el mío, cerré un poco los ojos, dejando que su presencia me hiciera una soñadora.

- ¿y si no funciona? – pregunte abriendo los ojos

- Podremos decir que lo intentamos, prefiero saber que no funciona a no estar junto a ti, en serio María, dos años sin ti fueron suficiente, ahora solo pido un pedacito de tu vida, un poco de tu tiempo, algo de tu amor.

Aquellas palabras lograron derretirme, sin esperar mas junte nuestros labios, empezando una sección de besos insaciables en la que los dos descubrimos cuan necesitados estaban nuestros labios de estar juntos.

The perfect girl h.s. |ADAPTADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora