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Suspiro mirando al techo mientras pensaba en lo productivo que había hecho hasta ese momento. Quizás su forma de ayudar no era tan eficiente como la de los demás integrantes del grupo, pero era ella quien mantenía el grupo unido, sin duda alguna.

Los rayos de sol se colaban en su habitación mientras ella escuchaba algo de música folclórica rusa aun en pijama.

Era una linda mañana de septiembre, claro, era hermosa y lo fuera aún más si ese no fuese el primer día de clases. Suspiro pensando en todos los casos que le llegarían esa mañana. Chicos temerosos de hacer el ridículo, chicos sin experiencia y están los nuevos, esos son los más complicados, se dijo. Se recordó que era su deber ayudar antes que la chillona voz de su hermana retumbara por toda la casa.

Rodo los ojos al tiempo que se sentaba en la cama.

-¡Laura! -Llamo Kate con efusividad. -¿Has visto mi nueva blusa roja?

-La tiene Maggie.

-Gracias. ¡MAGGIE! - se alejó gritando el nombre de la segunda hermana mientras Laura se dejaba caer otra vez en la cama para observar el techo con expresión ausente. Tenía tantos planes y ganas de ayudar corriendo por su cabeza que se había distraído y el tiempo había comenzado a correr.

Alguien toco la puerta, un suave toque que se caracterizaba por ser de su madre.

-¡Laura! -Llamo la mujer con voz imponente. Debería ser para que bajara a tomar el desayuno con el resto, pero sabía que no era para desayunar, sino para otra cosa. -Primer día de clases, nada de metal en la cara. También cubre el maldito tatuaje.

-Si mamá. -Respondió sin ánimos.
El grupo de ayuda se caracterizaba por la diversidad de cada integrante, había de todas las clases y personalidades, siendo ella la líder ya que era la única que podía hacerle frente a Mike y que este le escuchara.

Peinaba su cabello cuando Maggie entro en la habitación y le miro con cara de curiosidad. Ella dejo de cepillarse para quitarse los aretes extras.

-¿Qué sucede? Mag no estoy de humor para saber si algo te queda bien o no. - Respondió atando su largo cabello en una cola de caballo.

-No vine a eso. -Sonrió acercándose a la chica mientras esta terminaba de quitarse los pendientes extra.
Frunció el entrecejo y dejo el peine a un lado para dejarse caer en la cama con mala cara.

-¿A qué has venido, entonces? -Pregunto alcanzando la falda del uniforme del aclamado instituto.

-Kate y yo pensábamos... que tal vez te preocupas mucho por ese club... deberías de dejarlo.

-Nunca haría eso. Es lo único que es mío y construí con mi esfuerzo. -Replico mirando su reflejo en el espejo. -No necesito banalidades si tengo algo que me llene.

-Kate y yo pensamos... que tal vez deberías probar a salir con un chico. -Contesto la segunda desde el umbral de la puerta.

Un escalofrió bajo por su espalda y dejo de hacer lo que en ese momento hacía para mirarla con sus ojos verde grisáceo.

-¿Estas bien de la cabeza? No hace falta que te preocupes por eso, si sigues hablando con Kate de mi me enfadare de verdad.

-No creo que podamos dejarte pasar por alto este año, Laura. Es el último. -Kate se acercó a su hermana y miro a la chica con pena. -¿No quieres cultivar buenos momentos de preparatoria? Estas desperdiciando el tiempo con ese club.

-Mis buenos recuerdos no son iguales a los suyos, si me disculpan ya me he fastidiado mucho para seguir escuchándolas. -Se puso de pie y tomo la mochila negra para salir de la habitación, sin embargo sus hermanas la tomaron por los brazos y cerraron la puerta.

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