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No quería admitirlo, pero si le  preocupaba mucho lo que Alex  le había dicho la otra noche, por un momento pensó en que no hablaba con un ser humano, sino con una bestia. Entonces no pudo evitar pensar en Leonard. Él tenía una mirada muy parecida, pero no era para nada como Alexander… no, Alex se  devanaba los sesos intentando que ella lo amara de la misma forma que él lo hacía y sin embargo no se molestaba  cuando ella no correspondía a  su  amor con tanta efusividad.

Estiro la mano hacia la taza de  chocolate caliente y  se acurruco aún más en la manta que la protegía del frio, estaba tan a  gusto así, pero era la mañana de  navidad, por lo que en cualquier momento llegaban los chicos a  arruinarle su paz y Alex venía con ellos a desconcertarla más.

No tenía idea en lo que había pasado entre Annette y Mike esa  noche, pero algo le decía que era mejor no indagar, si no quisieron nunca hablar de su relación no darían detalles de sus problemas.

Otra vez el asunto con Alex  rondo por su cabeza, ¿qué quiso  decir con eso desde cuanto  tiempo llevaba amándola? Por alguna razón sabía que no se  refería a cuando entro y le pidió una cita. Y nunca se había  detenido a pensar en ese extraño comportamiento de Alexander. Un chico que ni siquiera conoce  a una chica va directo a ella y le dice que quiere salir con ella, no era una forma común de proceder y lo más extraño fue  que nunca le llamo la atención. Alex  la conocía desde antes, pero ¿quién era? Si lograba averiguar  quién era Alexander, quizás podría  desenredar su pasado.

Sonrió un poco recordando que  tenía una pista, Michael y Mike parecían conocer el antiguo aspecto del chico.

Pero ahora que lo pensaba, Mike era una tumba con los  secretos de la  gente. Tenía que idear un plan para sacarle información sin que él sospechara, algo que  iba a ser muy difícil debido a que Mike era muy astuto con las indirectas.

Dejo la taza de humeante  chocolate y se levantó con un extraño pijama de panda, cortesía de Kimiko, para ir a la planta baja y compartir con su  familia la tan esperada tradición de  abrir los obsequios.

Estaba más nerviosa porque algo dentro de ella le decía que Alex estaba en la planta baja compartiendo con su familia, no sabía porque lo presentía, pero tampoco le extrañaba, él era más parte de la familia que ella en algunas ocasiones.

Escucho risas y comentarios divertidos, el olor al desayuno especial de mamá inundo sus fosas nasales, entonces inconscientemente sonrió y se  unió a la diversión en la  sala.

Al entrar su madre la recibió con una taza de  avena. Sus hermanas estaban en torno al árbol con sus pijamas y  la taza  entre sus manos como si esperaran a que ella se uniera  a  ellos para poder desayunar.  Diviso a Alex  en el sofá  con una  taza, ese día lucia demasiado relajado. No era  su Alex de  siempre que usaba pantalones de mezclilla negros y colores oscuros, no, esta vez usaba unos pantalones de algodón algo flojos de color gris y una playera blanca, en vez de los típicos zapatos o botas, llevaba unos converse negros. El cabello se le veía mucho más claro que de costumbre y en la raíz se le veía algo gris, pero pensó que debía ser algo relacionado al estrés.

Ella se acercó a sus hermanas y  se sentó entre ellas como siempre  hacían, sin embargo Alex le lanzo una mirada que le hizo arrepentirse de la decisión y  posicionarse a su lado, estaba  algo más controlador de lo que  realmente era y aquello le alarmaba porque sentía una  extraña sensación de dèja vu.

***

Annette cerró la puerta con fuerza y puso los ojos en blanco al ver como Mike sacaba una  caja de chicles y tomaba varios para entrárselos en la boca y  mascarlos todos. La chica  suspiro.

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⏰ Última actualización: Sep 08, 2017 ⏰

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