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Era el día esperado y Mike no tenia planes de atrasar más el asunto por mucho rato.

Se acerco al moreno que todavía dormía y noto algo extraño en su cabello. No era tan negro como recordaba y se iba aclarando hacia las raíces dejando ver que unas pulgadas de la raíz, eran de color blanco perlado.

Se reprendio mentalmente por distraerse, no tenía tiempo para eso.Mike levantó a Alexander de la cama cogiéndole las sabanas para tirarlas con fuerza haciendo que este cayera.

Alex maldijo cerrando los ojos. Había caído de frente y se había hecho daño en la boca.

-Oh, tu sangre tiene lindo color... dejando adivinar, eres del grupo AB. -Se arrodillo y con su dedo limpio los labios del chico para luego probar la sangre. -AB negativo. -Concluyo dejándole a Alex una extraña sensación.

-Puedo estar enfermo. -Dijo asombrado.

-¿Tú? ¿De qué? ¿De un amor difícil? Por favor, Alex no insultes mi inteligencia.

-Lo que si insulto es tu falta de pudor. ¿Cómo haces algo así?

-Malas costumbres. -Se encogió de hombros. -Tienes que bañarte tienes veinte minutos para salir de aquí y recoger a Laura. Date prisa, a menos que desees bañarte conmigo, eso me haría sentir halagado.

-No tienes que molestarte en venir, yo puedo solo. -Comento saliendo de la habitación.

Exactamente veinte minutos más tarde estaba parado en la puerta de la casa de la chica con mala cara.

Extendió la mano hacia el timbre y llamo a la casa. Hacia frío y pronto caería la primera nevada y eso que solo era noviembre.

La puerta se abrió dejando ver a una señora de cabello corto y marrón con ojos brillantes y verdes.

-Vine a recoger a Laura.

La mujer le miro extrañada para luego dejarle pasar sin decir palabra alguna. Hacia tanto tiempo que no entraba en aquella casa que se había olvidado por completo de que era pequeña.

Observo las fotos de las hermanas y se sorprendió con encontrar dos niñas y un niño, en vez de tres niñas.

Alguien se aclaró la garganta llamando su atención, por lo que Alexander se giro despacio para verse cara a cara con quien debía ser él hombre de la casa.

-Bien, tengo entendido que viniste por Kate.

Rodó los ojos pensando que en aquella casa debían de estar todos locos con ella.

-No, vine por la que tiene ojos verdes, Laura.

El hombre pareció suspirar lleno de alivio y le indico que se sentara.

-Cuando mi esposa dijo que venías por Laura pensamos que era una broma de mal gusto, ya lo han hecho antes y más en un día como hoy. Siento haber sido algo inflexible, ella bajara en un rato.

-Bien. -Replico.

-¿Te envía Mike? -Alex pensó en la respuesta, Mike le había ordenado que fuera, pero no era que lo enviaba.

-Algo así, mis modales han de ser pésimos, lo siento. Soy Alexander Kölher.

-Eres el famoso Alex del que Katherine no para de hablar.

-¡Papá! -Grito la joven mencionada. -Esa clase de cosas no se dicen.

-Pero el drama familiar nunca va a parar. -Dijo divertida. -Si Mike estuviera aquí. ¿Qué te trae aquí, Alex? ¿Se me paso algo del comité de decoración?

-No. Vine a recogerte. Vámonos antes de que me fastidie.

Sus ojos brillaron con diversión al ver su cara malhumorada, ¿qué le habría hecho Mike?

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