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-¿Qué te hace pensar que es una idea prudente? –Pregunto Mike dejando a un lado el libro de historia.

-Tengo que asegurarme de que Toshiro este cómodo, me iré mañana para preparar las cosas en casa de mis padres. –Replico. –Tienes que ser consciente de que no puedo pensar solo en mí y como Annette siempre me recuerda, tengo que pagar por mi error y no dejarle la carga a otros.

-Sabes que te quiero, pero no soy de las que apoyan las irresponsabilidades. –Replico la chica dándole un abrazo.

-Annette no sabe lo que dice. Quédate, te necesitamos aquí hasta pasado mañana. ¿Quién organizara los bocadillos del baile? Solo tú sabes hacerlo.

-Eso lo hace cualquiera, Mike. Toshiro es mi prioridad, lo siento. Dejare una lista detallada de lo que deben de hacer y buscare un asistente para que cumpla con esa parte del trabajo y supervise todo. Será como si aún estoy allí.

Mike no pudo refutar su argumento, por lo que tomo el libro otra vez y siguió estudiando.

Trevor no se sorprendió al ver que faltaba Laura ese día, si había dicho muy claro que no tenía planes de ir hasta que el ambiente de trabajo fuera más llevadero. Suspiro, entre Mike y Annette pasaba algo y más ahora que Ellinor revoloteaba cerca de Mike.

Podía casi asegurar que Annie estaba celosa, pero eso no tenía mucho sentido. Ella era su mejor amiga y era parte de su familia, por lo que eran confidentes para todo, si a ella le gustará Mike hace mucho tiempo que se lo habría dicho.

Tomo una taza de té y un buñuelo de calabaza.

Aquel si era uno de los días pesados, trabajo y mal ambiente no eran una combinación agradable y aún más cuando el trabajo no era precisamente del agrado de todos.

Kimiko por su parte no se sentía preocupada por el trabajo. Estaba más preocupada con la idea de llevar a Toshi a Japón con sus padres y dejarlo allí. Se le encogía el corazón de solo pensarlo, pero debía de hacerlo y su madre sabía que era lo mejor.

Había estado evitando el asunto porque el drama que se armaba a su alrededor era fascinantemente distractor, sin embargo debía reconocer que los problemas siempre nos alcanzan y por más que había intentado huir, allí estaba y era hora de hacerle frente a todo.

Suspiro apartando el teléfono, sabía que el padre de Toshi tenía derecho a conocerlo, pero ¿a qué venían esas ganas? Después de tres años ignorando al niño y el rechazo cuando le comento del embarazo, ¿qué era lo que esperaba? Frunció el ceño, no iba a dejarle arruinar la vida de su pequeño porque ahora se le había metido ese maldito capricho.
Se hizo una cola y siguió revisando las notas para la comida de esa noche, por alguna razón Mike había decidido que la cena de beneficencia de aquel año la organizara ella.

***

Eran un poco más de las cinco cuando recogió a Toshiro de la guardería. La madre de Mike también había ido buscando a Danny y se sentaron un buen rato a charlar.

Aunque la diferencia de edades era bastante grande, Kimiko era una madre tan sobreprotectora que estaba al tanto de los temas de cuidado para infantes al igual que cualquier mujer madura y no le avergonzaba para nada decir que sabía exactamente qué hacer en circunstancias desesperadas con su bebé.

Entre sus temas de conversación hablaron de lo animados que parecían estar los niños y de su fuerte amistad.

Danny era el único niño que no era desagradable con Toshiro y sabía que la separación de los chicos iba a ser dura, todo el proceso de adaptación a un nuevo ambiente lo iba a tener que lidiar completamente solo, sin siquiera su madre a su lado. A Kim se le encogió el corazón de solo pensarlo.

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