"...Cepillo de dientes en la boca, cepillo de dientes,
cepillo, cepillo, cepillo, diente, boca, espuma, cúpula en
la espuma, cúpula romana, viene, hogar, hogar, en la
boca, Roma, cúpula, diente, cepillo de dientes,
mondadientes, carterista, alvéolo, cohete..."
Peter Keating parpadeó, lanzó la mirada como a gran
distancia, sin enfocarla, pero, al fin, la fijó en el libro. El
libro era delgado y negro, con letras escarlatas que
decían: Nubes y mortajas, por Lois Cook. La cubierta
decía que era una crónica de los viajes que había hecho
por el mundo la señorita Lois Cook.
Keating se echó hacia atrás con un sentimiento de
entusiasmo y de bienestar. Le gustaba el libro.
Constituía la rutina durante el desayuno del domingo,
una experiencia espiritual y profunda; estaba seguro de
que era profunda porque no podía comprenderlo.
Nunca tuvo necesidad de formular convicciones
abstractas, pero tenía un sustituto eficaz. "Una cosa no
es alta si uno puede alcanzarla, no es grande si puede
razonar de ella, no es profunda si se puede ver el
fondo." Éste había sido siempre su credo, no formulado
ni discutido. Esto le ahorraba cualquier intento de
alcanzar, de razonar y ver, y arrojaba un bello reproche
de burla hacia los que lo intentaban. De manera que
podía gozar con la obra de Lois Cook. Se sentía elevado
al reconocer su capacidad para responder a lo abstracto,
a lo profundo, a lo ideal. Toohey había dicho: "Esto es
preciso, suena como suena, la poesía de palabras con
palabras, el estilo como una rebelión contra el estilo.
Pero tan sólo los espíritus muy finos pueden apreciarlo,
Peter." Keating pensó que podía conversar de aquel
libro con sus amigos, y si ellos no lo comprendían,
sabría que era superior a ellos. No necesitaría explicar
esa superioridad -era lo justo, "superioridad como
superioridad"-; automáticamente se negaría a dar
explicaciones a quien se las pidiera. Le gustaba el libro.
Tomó otra tostada. Vio que su madre le había dejado
en el extremo de la mesa el gran bulto del diario del
domingo. Lo cogió, sintiéndose bastante fuerte, en aquel
momento, con la confianza que tenía en su íntima
grandeza espiritual, para enfrentarse con todo lo que
contenía aquel montón de hojas. Extrajo la sección
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El Manantial
Historical FictionEl Manantial, Tomo I Autor: Ayn Rand Año: 1943 Género: Novela Filosófica Titulo original: The Fountainhead En la primavera de 1922, Howard Roark es expulsado de su escuela de arquitectura por negarse a cumplir con su convencionalismo. A pesar del es...