Ahora… solo camino este valle de las sombras, en busca de un amor perdido, a ciegas en un mundo donde predomina la oscuridad, sosteniendo la mano de la nada, y este dolor en el pecho que a cada segundo me carcome, al darme cuenta de la más grande mentira de mi existencia, dolor… solo eso, los recuerdos que aún conservo son como látigos que atraviesan una y otra vez mi mente, debido a eso… a eso que marco mi vida, marco mi muerte, e hizo una barrera para vagar entre ambos mundos, morí este día y estoy dispuesto a morir una vez más, para así poder llenar este vacío, para ver si logro salir de este agujero, este sendero, donde se que las mas tenebrosas sombras quieren llevarme con ellas, arrastrarme a donde pertenezco, por que se que cometí un error, y aun así quiero escapar de este lugar, no es miedo, es… AMOR, solo, en este ciclo al que estoy condenado a existir más no a vivir, para que entiendan mejor, les contare desde donde mi vida comenzó a cambiar y gracias a quien estoy en esta tortura infinita.
Hermosa como ninguna, belleza sacada de las historias de ángeles y hadas más hermosos que jamás poblarían la tierra, piel de porcelana pura, tensa y liza, luz radiante proveniente de sus oscuros ojos, que se podría mirar su alma si ella lo permitiera, algo inexplicable, sonrisa delicada y perfecta, reflejo de confianza sobre sí misma, un cuerpo tan sencillo pero llamativo a la vez que haría pecar a cualquier dios supremo que domine este mundo, su cabello como el fuego, al que la briza acariciaba solo avivando aquellas llamas, pero tuvo que cautivarme a mí, justamente a mí, su nombre es Brit, un sinónimo de perfección diría yo.
La conocí un día que tuve que salir tarde del instituto, siempre era el último en realizar las actividades debido a que me resultaba difícil poder concentrarme durante las clases, cualquier cosa lograba distraerme, solo tenía un amigo llamado Ángel, el único que entendía mis cosas, los demás solo se burlaban de mi a mis espaldas, no tenía a mas nadie, estaba condenado a vivir solo, nunca conocí a mi madre, nos dejo a mi padre y a mí cuando todavía era un bebe, mi padre tuvo un accidente donde perdió la vida cuando yo tenía 16 años, desde entonces he sobrevivido solo, Ángel era el único que sabía eso sobre mí, retomando el tema, ese día Salí tarde de clases, y vi llegar un autobús, al parecer traían a varios estudiantes de intercambio, ella fue la última en bajar, ninguno traía uniforme, ella solo tenía su cabello suelto, que le llegaba hasta su cintura, una camisita descotada y pequeña, que hacía que se marcara muy bien aquella figura, y un pantalón que hacia juego con su cabello, no pude dejar de mirarla, incluso Ángel se dio cuenta, y golpeo mi hombro para que yo volviera a tierra, y lo hice, pero por lo que vi, ella solo pareció verme y se dirigía a mí, pero no, abrazo y beso a un tipo detrás de mí, no sé lo que sentí en ese momento, quizá fue odio, por primera vez sentí odio, me sentí como un idiota, al fin y al cabo, ella nunca se fijaría en mi, un hombre de cabello largo, vestido de negro, personalidad cambiante, al cual todos fastidiaban por mis gustos, era mejor que no me hiciera ilusiones con ella.
—A poco te llamo la atención la chica nueva, vamos esta fuera de tu alcance, mírala— dijo Ángel, como siempre y sus comentarios fuera de lugar, solo lo mire sin decir nada y golpee su brazo, lo que entendió que fue para caminar a casa, el vivía en la misma dirección que yo y unas tres casas antes de la mía.
No hablamos durante todo el camino a casa, por más que no quería solo pensaba en esa chica, Ángel solo dijo que lo dejara así, que no añadiera otra cosa a la lista de desilusiones a mi vida, pero pronto entendería el por qué de esas palabras.
Al día siguiente al llegar a clases a mi lado había otro lugar disponible, pero estuvo vacio hasta la mitad de la clase, pues llego aquella chica y la tutora pidió que se presentase
—amm, hola, mi nombre es Brit, llegue tarde porque estaba un poco perdida, no encontraba el aula, tengo 17 años y seré su nueva compañera de clases por un tiempo— dijo con aquella sonrisa coqueta que poseía y jugando con su cabello.