Solo mírame a los ojos, aunque si lo haces no me puedes ver...
Pero no importa, porque sentiré que mis ojos se reflejan en los tuyos, y veré que el amor que te profeso tu lo profesas por mi a través de tu reflejo.
Solo mírame, solo hazlo, aunque no...
Y el que ya no ve nada soy yo... Soy yo, que ya nada bonito le ve a la vida, que no encuentra algo que lo haga ser feliz, que ya no ve tu rostro cada mañana y sonríe como un autentico parguela. Que carece de felicidad.
Te extraño Willy, Mucho más de lo que jamás creí.
Por más que hubieses superado tu ceguera no debí fiarme del destino.
maldigo el día que dejé que te fueras solo a la calle, pensando que todo saldría bien, y que eras capáz de salir solo, debí ser más sobre protector, más egoísta.
Pero no lo fui, me dejé llevar por tu sonrisa de ángel sin pensar que pronto volverías al cielo de donde saliste.
Miré las nubes a través de la ventana, el cielo lloraba tu partida junto a mi.
Maldigo al hombre que acabó con tu vida, maldigo al destino que acabó con tu visión, maldigo a la mismísima muerte por llevarte sin pensar en la felicidad que me dabas.
Tomé del brebaje que había en el vaso y me acosté a dormir, recordando tu rostro, tus ojos achinados, oscuros como bombones, recordé tu piel de porcelana y cerré los ojos, durmiendo mi alma y viéndolo todo negro, así como tú lo hacías cuando estabas en vida.
Te amo Guille, pronto volveremos a vernos, te lo prometo Chiqui.
Siempre tuyo.
Siempre...
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