Capítulo 29: Discípulos de los 4 Sannin.

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Narrador omnisciente.







—Ella, no puede ser la Kanade que conocemos —anunció Sakura con determinación, sabiendo perfectamente que su mejor amiga no sería capaz de rendirse tan fácil y mucho menos, de someterse a tal forma sin siquiera pelear.

La última vez que vio a Kanade, fue cuando regreso con ellos a Konoha luego de la reunión de los cinco kages. Después de ese día se aseguró a sí misma que su amiga no volvería a intentar traicionarlos sin importar qué y a pesar de que había alguien idéntica a ella en la cabeza del Jūbi, debía de haber alguna explicación lógica que la hiciera inocente.

— ¡¿Qué quieres decir con eso Sakura?! ¡Es imposible que haya dos personas idénticas! —gritó Kiba con histeria y Sakura no pudo evitar mirar de nuevo en dirección hacia Kanade.

—Estoy segura de que esa no es mi amiga, así que cálmate, Kiba —declaró con seguridad y este gruñó con fastidio—. Ella es capaz de muchas atrocidades, pero no de destruir por completo al mundo, quizá odia a la aldea de Konoha, pero en venganza no haría esto.

Todos la miraron con cierta incomodidad, no les parecía del todo correcto la manera en la que justificó a su supuesta mejor amiga.

—Que alivio, Kanade real no es capaz de destruir al mundo, solo a la aldea de Konoha —le comentó Kiba con sarcasmo.

Muchos de los que estaban ahí comenzaron a cuestionar la mentalidad de Sakura y su manera de justificar cada una de las acciones de Kanade, tal y como Naruto lo hacía con Sasuke.

—Tenemos que detener a esas personas y averiguar porque alguien se hace pasar por Kanade... —comentó el rubio mirando a todos los del escuadrón de alianza.

— ¡Acabaremos con Kanade una vez que baje la guardia! —comentó Kiba todavía furioso y Sakura negó con la cabeza.

Fue justo en ese momento, que Sasuke y Kanade decidieron saltar hacia sus antiguos compañeros. Era el momento indicado de defender a la aldea y de redimir todo el daño que alguna vez le causaron a sus antiguos compañeros de equipo, Kanade, comprendía que no debía ni una sola explicación a los demás, ya que el secreto del clan Uchiha tenía que permanecer intacto por la memoria de quienes se sacrificaron para protegerla.

Todos los miraban sorprendidos por su repentina aparición, y no podían culparlos, después de todo, ellos los traicionaron cuando desertaron de la aldea en sus tiempos de academia. Y sin importar qué Kanade regreso con ellos, eso no borraba su pasado y las decisiones que tomó encontra de todos.

— ¡Les llevo bastante! ¡Kanade, Sasuke! —gritó el rubio con alegría, al ver que la suposición de que la azabache que estaba con Madara no era la chica que conocía, era cierta.

La nombrada reconoció la voz de Naruto quien no había podido dejar de mirarla y esta, miró en su dirección encontrándose con Sakura y Naruto agachados mientras que la pelirrosa curaba al rubio y este miraba a los ojos de la Uchiha.

— ¿Cómo llegaron aquí? o más bien, ¿qué los hizo llegar aquí? —preguntó confundida Sakura.

Kanade, suspiró al escuchar aquella pregunta, no podía dar una explicación de la razón en concreto de lo que les hizo cambiar de opinión, pero al menos, podría decirle a Sakura el objetivo por el que llegaron a la guerra.

— ¿Sasuke – kun? —preguntó Ino algo emocionada.

La rubia corrió en su dirección, pero fue detenida por los de su equipo y justo delante de ellos se colocó Kiba dispuesto a dar la cara por todos los que alguna vez se sintieron traicionados por ellos.

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