Capítulo 23: Inicio de movimientos

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Narrador omnisciente.









El hombre la miró con mucha desconfianza, analizaba cada movimiendo de esta mientras intentaba aliviar el dolor que le causaba la brutal herida en su pecho y las costillas rotas que estaban torturandola de una forma indescriptible. Su respiración estaba agitada y la palidez en su rostro demostraba lo muy afectadanque se sentía por haber recibido aquella embestida del portador del hachibi.

El viejo pulpo, como Naruto solía decirle, miró al rubio que permanecía sentado en forma de indio a un lado de la chica; este sostenía su mano con delicadeza mientras acariciaba sus nudillos con el pulgar. Demostraba lo mucho que atesoraba a la chica y el valor que le daba a su vida, en verdad no quería que nadie más intentara atentar contra su bienestar fisíco.

El semblante de la azabache había cambiado por completo desde la última vez en el que la vió, por supuesto que no estaba confiado en trabajar con ella, pero tampoco lucía con aquella mirada sin brillo capaz de asesinar a quien se le cruzara de frente. Al lado del rubio, se notaba un poco más relajada, algo confiada como para no haber captado el ataque que recibió y por ello, quizá su compañero jinchuriki se sentía culpable.

Todos permanecían en silencio ante aquel ambiente tan tenso que se formó luego del ataque que la azabache recibió, no sabían que palabras utilizar después de lo ocurrido, no estaban seguros de a quien prestarle más atención, ya que por una parte Kanade permanecía realmente herida y por la otra, estaba el Hachibi, quien fue atacado a muerte por esta misma en complicidad de Sasuke, quien trabajaba para akatsuki en ese entonces.

Habían dos bandos totalmente diferentes y, ver a Naruto de tal forma, los dejaba entre la espada y la pared. Nunca hubo información alguna o cualquier aviso de que la Uchiha arrivaría dónde ellos, ni tampoco entendían la razón del porqué se encontraba en el mismo sitio que ellos, a Yamato le resultaba extraño que Kanade estuviera frente a él.

Naruto, se acomodó en su sitio tras ver como Kanade se removía para mirarlo con una mueca en el rostro.

—Creo que no le agrado a Killer - bee —murmuró con algo de dificultad.

El rubio se rascó la cabeza un tanto incómodo y sonrío inseguro, no sabía como ocultar lo que su amigo hizo y que Kanade no sintiera que el tipo en verdad la detestaba, aunque por más que tratara de corregir las palabras de la azabache, todo era bastante claro.

—El hombre tiburón se mató frente a nosotros y aún muerto, logró llevarse la información tras dejarnos una trampa de prisión de agua —le comunicó el rubio a la joven azabache, quien permaneció inconsciente durante todo el proceso.

Kanade, bajó la mirada al recordar la figura de aquel sujeto con quien tuvo varios encuentros gracias a que permaneció al lado del enmascarado, quien fue el principal causante de todas sus desgracias. No convivió con él, nunca tuvo que decirle al momento de cruzarse cara a cara y por ello, no lamentaba que se matara como un vil cobarde.

—Lamento no haber ayudado, me es imposible moverme mientras me recupero de esta herida y es un poco comico, ya que poseo un poder ocular el cual me permite salir ilesa de los ataques de mis enemigos, pero en este caso me agarraron por sorpresa —explicó, un tanto enojada por su falta de atención—. En verdad eres un enorme distractor, Naruto —informó e inmediatamente, hizo una mueca de dolor.

El rubio se preocupó por el estado tan lamentable en el que se encontraba Kanade, no sabía de que manera ayudarle a aliviar su dolor y lamentaba aún más, saber que por haberla distraído esta se mantuvo con la guardia baja.

Kanade ShippudenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora