Había pasado un mes y se sentía tan cercano a ella, a pesar de que solo intercambiaban un par de palabras cada vez que ella medía o le probaba ropas a su delgado cuerpo. Palabras tan cruciales como un hola y hasta luego; preguntar sobre el clima sólo para que no se sienta nervioso, aunque él no lo parecía. En cambio, ella actuaba un tanto fría cuando interactuaba con él, y eso causaba que él tocara tierra—a su manera— al recibir ese trato.
Al terminar la filmación, se sentía libre y nostálgico. Ya no había más Rayon por el resto de su vida. El papel que le divirtió tanto ahora sólo estaría en su memoria, en las personas que lo vieron como tal y las que acudirían a ver la película. El director (Jean-Marc) y los productores de la película, organizaron una reunión privada con el reparto de actores y trabajadores. Era algo sencillo pero el ambiente era tan cálido y amigable que hizo efecto en los invitados.
—¡Oigan todos!— Jean-Marc, excéntrico como muchas veces, se paró encima de la mesa donde se encontraba las bebidas, con eso llamó la atención de más de uno— Ahora que tengo su atención, procederé a hacer lo que tenga que hacer—pequeñas risas del público ante el comentario del director—: Estamos aquí para decirles en nombre de los productores y el mío, que ha sido un gran honor trabajar con ustedes. Especialmente a ustedes chicos—dirigió su mirada a los actores que encarnaron a los personajes que Craig y él habían soñado—, hicieron un gran sacrificio para una película que, les prometo valdrá la pena verla—tomó un gran sorbo de la copa de vino que tenía en mano— No soy bueno dando discursos, pero resumiendo: Gracias.
Una ola de aplausos envolvió la sala, él estaba dichoso, no le importó si la reunión era sencilla, tenía que gritar a los cuatro vientos lo emocionado que estaba por su reciente obra: Dallas Buyers Club.
Ella estaba con el grupo de Kurt & Bart; él, con el grupo de los actores. Cada tanto tiempo intercambiaban cortas miradas para inmediatamente después volver a lo suyo. Jared se sentía asfixiado con su grupo, algo que también sentía otro ser en la sala.
Escaparse, eso era lo que querían, pero no juntos. Al notar que no sólo ellos estaban aburridos alguien puso música quizás pensando que así la reunión no sería tan sosa. Empezó con notas alegres que cambiaron el ánimo de los presentes, haciendo que se sacudieran en sus sitios. Luego de tanta algarabía de canciones, llegó el turno de la melodía suave y lenta, melodía rara para esta clase de eventos, melodía cursi. Uno de los que se encontraba ahí pensaba quién rayos manejaba esta clase de música. Uno que otro sacaba a la otra persona a bailar, otros no. Mathew invitó a Jared a bailar, mejor dicho: Ron invitó a Rayon a sacudir el cuerpo. Pero éste último se negó a hacerlo, sólo quería ver, ver a ella.
—¿Por qué no quieres hacerlo mariquita?—le preguntó Mathew, encarnando por última vez a Ron, el enfermo homofóbico terminal de SIDA.
—¿Disculpa cariño?—le respondió a su vez, Jared imitando a su compañero al encarnar por última vez a su personaje, el descarado transexual y también enfermo de SIDA, Rayon.
— Tengo dinero, así que no te hagas él desentendido, ¿eh?— se palpó los bolsillos y la entrepierna, haciendo un extraño movimiento que le causó mucha gracia.
— No bailo con cerdos, a no ser que tengas a mi buen amigo Benji— le guiñó un ojo, coqueto.
— Eres un asqueroso maricón— siseó, bromeando
— A tu servicio querido—sonrió delicadamente al decirlo.
Así que su coestrella sacó a Jennifer. Se extrañó que el hombre de los grandes ojos celestes no quisiera divertirse un rato. « Algo le habrá afectado», se dijo.
