Capitulo 1

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  —Creando Fantasías. Juguetes hechos a la medida para ordenar. Tú lo sueñas, nosotros lo hacemos realidad. Habla Taemin. ¿Cómo puedo ayudarlo hoy?

Taemin se rascó su cosquillosa nariz mientras acunaba el teléfono entre su oreja y el hombro y abría una nueva orden en la pantalla de su computadora.

—Mi compañero acaba de conseguir un nuevo trabajo como meteorólogo en la estación de noticias local. Tenemos todo un baúl de juguetes, pero quiero algo especial.

Siempre quieren algo especial. Es por eso que lo llaman Creando Fantasías. Un proyecto alterno que Taemin había empezado con sus amigos de la universidad, orientado exclusivamente a la comunidad paranormal —la cual resultó ser una muy pervertida y aventurada. En los dos años que llevaban desde que oficialmente abrieron sus puertas, aún faltaba ver una orden que no pudieran entregar.

—Está bien. Podemos ayudarlo con eso. ¿Podría darme su nombre y su teléfono, señor?

Fueron y vinieron con preguntas y respuestas, por cerca de 20 minutos, mientras Taemin exprimía cada pequeño detalle que pudiera obtener del señor Lee Gun. Una vez satisfecho y seguro de que tenía todas las piezas que necesitaba para hacer realidad la fantasía de su cliente, se despidió y gentilmente puso el teléfono en su lugar. Realmente deberían considerar conseguir auriculares inalámbricos —no es como si no pudieran pagarlos.

—Las seis en punto —cantó Onew. Cierra las puertas y tira las llaves. — Somos libres por dos días completos.

Era demasiado entusiasta considerando que usualmente solo se reunían en la casa de alguien y jugaban videojuegos todo el fin de semana. Mientras el ser nerd había resultado en un negocio muy lucrativo para los seis, no ayudaba exactamente a sus vidas sociales.

—Oigan chicos —Mir los llamó desde el pasillo de abajo—. Vengan, vean esto. Creo que lo he terminado.

—¿Crees que es para el vampiro que sigue llamando? —Los ojos azules de Key se encendieron, y prácticamente vibró mientras intentaba ponerse su chamarra—. Tengo que ver eso. —Empujó a Taemin al pasar, casi lanzándolo contra Onew, y estuvo fuera de la vista antes de que alguno pudiera quejarse o protestar.

Moviéndose a un ritmo más calmado, Taemin se puso su propio abrigo, se rascó la nariz otra vez, y le indicó a Onew que lo siguiera por el corredor hasta el cuarto de trabajo donde ocurría toda la magia.

Key ya estaba ahí, por supuesto, rebotando alrededor del grupo tratando de apretujarse contra los cuerpos para ver qué era lo que estaba pasando. —Déjame entrar, ChangMin. Muévete. Kai, quítate de mi camino. Mir, quiero verlo.
Escondiendo su risa, Taemin puso orden

—Deténganse chicos, veamos qué tenemos aquí.

Mir sonrío de oreja a oreja, mientras movía una mano hacia su invento. —Lo llamo, ring-around-the-Rosy


Taemin reconoció un muy pequeño vibrador, y un muy grande trasero donde conectarlo, pero el resto simplemente se veía como un revoltijo de correas de cuero y cadenas. —Está bien, pónselo a Jack y veamos.

Trabajando juntos, Mir, Kai y ChangMin abrocharon el artilugio en Jack, su maniquí masculino de prueba —una creación de la pervertida mente de Onew con partes movibles y muchos orificios abiertos. Justo a su lado había una muñeca femenina, pero por alguna razón, no recibían muchas órdenes de mujeres, por lo que era rara la ocasión en la que la usaban.

—Conseguir la sangre sintética correcta fue la parte más difícil —explicó Mir. Le alzó los pies y sujetó el vibrador de 3 pulgadas, colgando del cuello de Jack de una correa de cuero—. ¿Ven las venas aquí? De hecho, hay sangre sintética dentro. —Señaló a una mesa de trabajo al otro lado del cuarto—. Incluso hicimos algunas botellas para que pueda ser rellenado.

Después empujó el vibrador color piel dentro de la boca del maniquí como una mordaza y la abrochó con las correas alrededor de la cabeza de Jack. Kai conectó una pequeña cadena a un anillo en la espalda, enredando el otro extremo a un gancho en la pared detrás de él.

—Los vampiros perforan las venas con sus colmillos para conseguir la sangre sintética. —Taemin asintió indicando que entendía—. Aunque, ¿cómo es que lo vas a rellenarlo con la marca de punción? ¿No se filtrará por ahí la próxima vez?

—Lo tenemos cubierto. —ChangMin contestó con una sonrisa pícara. Señaló a la misma mesa de trabajo, hacia una pequeña botellita blanca—. Solo esparce eso sobre la perforación, déjalo secar por alrededor de 20 minutos, y estará como nuevo.


—Buen trabajo, chicos. Veamos el resto.

—Nuestro cliente tiene una seria perversión. —Kai se quitó de la cara sus rebeldes rizos rubios y se arrodilló en frente de su maniquí, abrochando el anillo de pene bañado en platino alrededor de la base del pene de Jack.

Dos delgadas cadenas más conectaban a cada lado del anillo, y Kai las acomodó sobre las caderas del maniquí donde Mir las conectó al trasero antes de empujar el juguete de silicón negro en el recto de Jack. —Las medidas son un poco raras, por supuesto, pero se entiende el punto.

ChangMin unió un grueso collar de cuero al cuello de Jack, después amarró sus muñecas a su espalda con un set de esposas de cuero, uniéndolas con una última cadena. —Ta-da.

—¿Qué demonios se supone que vamos a hacer con él ahora? —preguntó Onew, frunciendo el ceño ante el muñeco—. Todos sus hoyos están llenos, y no se puede mover.

—Nosotros solo hacemos el producto. Nuestro trabajo no es cuestionarlo —le recordó Taemin.

—Además —Key interrumpió—, de todas formas, no sabrías qué hacer con un hombre de verdad.

—Como si tú supieras —contestó Onew.

En realidad ninguno de ellos sabría. Todos ellos tenían 24 años más o menos un par de meses, y ninguno de ellos había pasado alguna vez a segunda base. Ellos vivían y respiraban sexo diariamente, pero siempre era muy técnico. Si se los ponía en una situación sexual con otra persona, no podrían encontrar sus penes con ambas manos y una linterna.

—Límpialo y empaquétalo. Llamaré al príncipe Choi el lunes para terminar la negociación antes de enviarlo.

—¿El príncipe Choi? —Las mejillas de Key se pintaron, mientras comenzaba a temblar—. ¿Quieres decir el príncipe? ¿Choi Minho, el príncipe de los vampiros? ¿Él es uno de nuestros clientes? ¿Ya encontró a su pareja? Oh, dulce infierno, ese hombre es guapísimo.

—Y peligroso —agregó ChangMin por lo bajo—. Esos chupadores de sangre me ponen la piel de gallina. —Se estremeció de tal forma que Taemin no creyó que estuviera fingiendo.

—Es solo otro cliente. —Taemin tenía sus propias dudas sobre la raza de los vampiros, pero había hablado con el príncipe muchas veces desde que comenzaron este proyecto, y el hombre era siempre amable y genial. Nunca hacía exigencias, nunca insistía en que se le diera trato especial por su estatus.

Que era mucho más de lo que podía decir de algunos de sus clientes de menor rango.

—Entonces, ¿qué vamos a hacer esta noche? —Mir preguntó mientras limpiaba y pulía el metal del anillo de pene hasta que brillara.

—Es viernes por la noche —contestó Key, su tono totalmente exasperado—. ¿Qué es lo que siempre hacemos los viernes en la noche?

—¿Hamburguesas con queso en Paraíso? —Los ojos de Kai brillaron como las luces de un árbol de Navidad—.¡Amo ese lugar!

Taemin también disfrutaba el Buffet de MinHye, pero habían estado yendo cada viernes en la noche por casi un año. La falta de diversidad estaba comenzando a aburrirle. —¿Qué tal si hacemos algo diferente? Está ese nuevo bar en cerca del centro comercial Keystone Crossing. Creo que se llama El callejón de los gatos.

—¿Quieres ir a un bar? —Key lo miró como si hubiera anunciado que quería comer gatitos recién nacidos de desayuno.

—Sí. —Taemin puso los ojos en blanco—. Algunas personas hacen eso con sus amigos los viernes por la noche.

—Aunque, nosotros no somos esas personas —ChangMin aportó—. ¿Qué demonios haríamos en un bar?

—No sé, ¿tomar un trago? Escuchar música. Tal vez conocer a alguien nuevo.

—¿No acabamos de establecer que apestamos en conocer gente? —Onew frunció el ceño y negó con la cabeza lentamente—. ¿Sabes qué? Tienes razón. Solo porque antes no ha salido muy bien no es razón para no intentarlo otra vez. ¡Digo que lo hagamos!

—Estoy dentro. —Mir se encogió de hombros—. Aunque el tráfico va a ser una molestia. Hay otro lugar que acaba de abrir hace unos meses más o menos a una milla de aquí. Paso por ahí camino al trabajo. Se llama Darkness Falls. Escuché que es un super club exclusivo.

Taemin había escuchado lo mismo de El callejón de los gatos, pero su amigo tenía un buen punto sobre el tráfico. Andar por cualquier parte en viernes por la noche o sábado en Indianápolis era una molestia.

—Suena como un plan. Siempre podemos intentar con otro lugar la semana entrante. —Los rumores decían que El callejón de los gatos no era solo para paranormales, pero que proveía especialmente a los cambiaformas felinos. Como un cambiaforma pantera, la idea realmente le atraía.


Todos parecían nerviosos pero emocionados ante la perspectiva de sacudirse la rutina. —Está bien, todos iremos a casa y nos cambiaremos. Después podemos vernos en mi casa y caminar. Son solo tres calles, y después no tendremos que debatir quién será el conductor designado.

Con el plan hecho, todos asintieron, acordando verse en la casa de Mir, y salieron del edificio con altas expectativas.



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