El Sueño

La secundaria es la fase en donde se desarrolla la juventud, lo cual no solo significa aprender  sobre química, física y otros temas que explotan tu mente, sino también es el punto donde realmente empiezas a crear y a vivir tu propio sueño, pues la juventud es el "mejor momento de nuestra existencia", mas eso no significa que todo sea perfecto, pues cada día es un reto por enfrentar, como un campo de batalla en donde debes ser siempre el más astuto y estar muy bien preparado para poder conseguir la victoria.

El supuesto "destino" es el que se encarga de ponerte las situaciones a experimentar ya sean buenas o malas y cuando tienes un poco más de una década y media de vida nunca falta la conocida frase "sexo, drogas y rock and roll" siendo esto algo muy común en mi instituto, pues según ciertas ciencias nuestras hormonas empiezan a enloquecer, lo cual parece algo sorprendente, pero puede resultar muy caótico, al fin y al cabo es parte de nuestro papel como seres humanos y en especial de adolescentes equivocarnos y disfrutar de la tan pasajera vida que tenemos.

En fin, Cada día de escuela es muy parecido al anterior, tal cual lo es este y mientras me dirijo a mi salón de clase, me encuentro con los típicos rostros ya conocidos y saludo a unos cuantos de ellos dandome cuenta de que cada persona es un mundo diferente, protagonista de su propia película y artista de su tan preciada obra.

Varias de las amistades que tengo se encuentran en este Instituto lo cual es muy bueno porque puedo adaptarme facilmente al entorno social y compartir momentos extraordinarios.

La verdad uno de los mayores retos para mi como estudiante ha sido llegar puntual en las mañanas y ya llevo 5 minutos de retraso, espero que el señor Hamilton no se encuentre de mal humor.
Toco ligeramente la puerta esperando un milagro, pero finalmente me he ganado unos cuantos reclamos de su parte; creo que mientras pasan los años vas acumulando la vida que llevas y eso provoca mal carácter, pero esto me servirá para no atrasarme la próxima vez. Tómo asiento en el lugar de siempre para recibir el típico monólogo de mi maestro, lo cual es muy aburrido y me provoca demasiado sueño. Talves el tiempo es muy relativo pero maldita sea! ¿Por qué es tan lento en estos momentos?, solo desearía estar recostado en mi cama, aunque supuestamente esto es necesario para un "futuro". Espero que la poca atención que logre prestar a la clase me sirva para conseguir una calificación adecuada en el exámen de Historia.

Hasta ahora no he tenido mayores problemas en la secundaria, mis calificaciones se podrían considerar muy buenas y me siento satisfecho con ello. Poco a poco me he adaptado al maldito método de enseñanza y aunque no me agrade del todo, me ha servido para aprender ciertas cosas importantes.

Después de varias distracciones me logro percatar de la hora y me doy cuenta que faltan tan sólo diez minutos para el cambio de materia.

El señor Hamilton ha salido del salón y lo mas probable es que empiece una revolución.
Mis compañeros y yo sabemos aprovechar muy bien estos momentos para alborotarlo todo y sin duda alguna esto se va convirtiendo en un completo cáos.