III

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Mi preciada flor,
te dejé escaparte
entre mis manos,
mi flor,
mi Sol.

Desearía ser fuerte
y seguir mi vida,
pero tus sonrisas
tumban en mi mente
cada día.

Ayer creí
que estuviste ahí,
porque al pasar
por tu jardín
ellas me hablaron
de ti.

Por primera vez
estuve feliz,
supe que
te encontrabas ahí.

En Un SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora