Camine entre la multitud sin prestar atención a la música, o a los movimientos a mi alrededor, sólo se encontraba una sonrisa boba en mi rostro, los sueños guiaban mis pisadas, camine a la barra y muchos chicos borrachos se encontraban en ella, lamentando sus acciones algunos, y otros más agresivos.
La verdad no quería beber nada que luego me pasara la cuenta y me encontrara semi desnuda en la cama con un desconocido, decidí que no tomaría nada de la barra ya que si pedía un vaso de agua parecía estúpida.
Fui a paso rápido por los oscuros pasillos del club donde al final de estos se encontraban los baños, mire las calcomanías y entre al baño de mujeres, las paredes eran cerámicas azules llenas de graffities, las puertas de los váters, estaban completamente desgastadas, los lavamanos sucios y con olor a vómito, gemidos se escuchaban de dentro de uno de los váter, ¿Estas de broma?.
Observé el espejo con asco, rogando que la chica ruidosa bajara un poco la voz, pero tenía claro que no pasaría.
Lave mis manos con el horrible sonido de fondo y tome un poco de agua aguantando la respiración para no botarla al instante, levante el rostro y una chica castaña con un vestido color rojo extremadamente corto salió acomodándose este, acompañada de un chico vestido completamente de negro acomodándose el cabello con una respiración agitada, el almuerzo de hoy estaba subiendo por mi garganta al imaginar la repugnante imagen, trague rápidamente sin dejarlo salir, corrí fuera del baño manteniendo mi boca cerrada.
Volví al ambiente de música y movimientos pegados el uno al otro, busque por unos minutos a Amélie con Aiden pero no había ningún rastro de ellos, camine a los alrededores de los chicos bailando y encontré una mesa vacía, corrí a sentarme antes de que alguien lo hiciera, observé a mis alrededores pensativa, encontré a Ian hablando con un chico, al otro lado de la habitación, el chico tiene la misma altura de Ian, aunque sus rasgos faciales lo hacen parecer mayor, tiene el pelo castaño claro, o eso es lo dejan ver las luces oscuras, con los brazos trabajados al igual que Ian pero con una postura más relajada y calmada.
El chico parecía regañar, muy cabreado, a Ian y este sólo asentía con los brazos cruzados mirando a sus alrededores sin interés, este chico escupía sobre su rostro al hablar, Ian limpiaba su rostro indignado con desprecio, el chico rubio movía sus brazos indicando cosas por todas partes de la habitación, Ian recorrió su mirada donde yo estaba y se detuvo por unos segundos, toco el hombro del chico apuntándome "disimuladamente", y corrí la mirada ruborizada tratando de que el chico no lo hubiera notado.
Busqué la cabellera anaranjada de Amélie entre la multitud, y por suerte encontré a Aiden parado en una de las barras usando su teléfono, camine implicando no empujar a nadie o hacerlo enojar de cualquier manera.
—¿Donde esta Amélie?.— Pregunté directa.
Aiden levanto la cabeza confuso y me miró por unos segundos.
—Esta en el baño, vuelve en unos minutos.—Hablo demasiado tranquilo, más tranquilo de lo que me esperaba.
Asentí dirigiéndome a los baños.
Camine al oscuro pasillo de los baños con los pies a doloridos al llevar unos tacones de aguja toda la noche, la verdad, quería sacarlos de mis pies, pero sería mucho más doloroso que otras chicas pisaran mis pies con la aguja de sus tacones a que seguir con los míos tacones un tiempo mas.
—Tenemos que hablar.—Alguien grito a mis espaldas tomando mi muñeca.
Gire desconcertada y observé a Ian.
¿Porque siempre tiene que verse tan jodidamente bien?
—¿Sobre que?.
Ian abrió la boca por unos segundos pero luego giro la cabeza exageradamente, tal como la niña del exorcista.
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Ian Coleman©
Acción"La maldad se encuentra en todos preciosa, la confianza es tu peor enemigo, no te dejes guiar por unos bellos ojos y una esplendida sonrisa , todos tenemos secretos, con buenas o malas intenciones, todos salen a la luz de la misma forma, pueden ence...