Capítulo 8

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–Nat, –murmuró Steve. Sus ojos nunca abandonaron los de ella.

–No me llames así, –escupió ella, fría, sin ningún sentimiento en su voz. Pasó su mano por sus cabellos y comenzó a acercarse a él.

–Por favor, no peleemos. Podemos habl... –sus palabras quedaron en el aire al recibir un puñetazo de parte de ella. –Nat... –un golpe en su zona baja consiguió ponerlo de rodillas. Miró a la chica y ella sonrió burlándose. –Okay...

Se paró y se acercó a ella con la intención de agarrarle los brazos y no golpearla. Ella fue más rápida que él y le hizo una llave con sus piernas logrando derribarlo.

–Creo que acabar contigo será más fácil de lo que pensé, –chistó y colocó más fuerza en sus piernas. 

Steve cerró un momentos sus ojos y la agarró del pelo con una manó y tiró de ella haciendo que suelte un grito de dolor. Con su fuerza logró hacer que sus posiciones cambiaran y ahora él la tenía bajo suyo. 

–Te extrañé tanto, –sonrió. 

–No puedes, no me conoces maldito loco. –Liberó uno de sus brazos y le lanzó un golpe a su mandíbula. Rápidamente tomó su vara eléctrica y la encendió tocando un botón en ella; ésta se iluminó dando a entender que estaba lista para dar choques eléctricos. La dirigió hacia el cuello de él y éste se retorció por el dolor que le provocó. 

Al estar libre de su agarre se puso de pie comenzando a golpearlo.

Talie, ¿cómo está todo? –Preguntó Eddie por el pequeño audífono en su oído.

–Dame un minuto, –respondió ella al ver a Capitán América de pie frente a ella, aunque sin su traje. Corrió hacia él y comenzaron una pelea. Steve trataba de no utilizar toda su fuerza ya que no quería lastimar a la mujer que ama. En un descuido por parte de él, ella logró noquearlo por unos momentos con un golpe bajo y un gran golpe a su mandíbula. –Creo que todo está bien... sí.

Esto es muy peligroso, –murmuró él–, escucha, preparé todo. Sólo ven y vámonos de aquí. No lo lastimes.

–Eddie te quiero muchísimo pero... –Natasha cayó de espaldas por un golpe en la parte trasera de sus rodillas. –Qué mierda...

–¿Quién diablos es Eddie y por qué lo quieres muchísimo? –Preguntó Steve mirándolo seriamente. Al oír las palabras salir de su boca, Steve sintió como algo en su estómago se revolvía. Él no podía permitir que ella esté con otro, ella estaba con él, ella le pertenecía.

–No es de tu incumbencia. Ya estás un poco grande para saber respetar la privacidad de los demás, ¿no?

–¿Enserio Romanoff? –Preguntó él con un toque de ironía. Aprovechando su distracción se arrodilló a un lado de ella tomando sus manos por encima de su cabeza.

–¿Quién mierda es Romanog? –Preguntó ella quejándose.

–Romanoff, –la corrigió. Se acercó peligrosamente a ella hasta que sólo unos pocos milímetros los separasen. –Y eres tú.

–Deja de hablar mierdas, –con sus piernas le hizo una llave al Capitán ahorcándolo, logrando que él suelte sus manos.

–Dios, Nat, basta. –Suplicó él.

–Sí... basta de charla, –su vista se nubló y por un momento sólo era Ruby Storm, no Natalie ni Natasha, sólo la asesina secreta de Hydra.

RUBY STORM | ROMANOGERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora