Veintidós.

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Adam termino de poner esa nota en el casillero de Tessa y se fue soltando un suspiro. Se sentía un poco inseguro. Sólo un poquito.

Y es que, cómo no estarlo, apenas él la va conociendo y tratando de conquistarla cuando viene ese amiguito de ella.

También se sentía inútil, pues estaba bajo el anonimato y no podía decirle cuanto le gustaba, cuanto la quería. En cambio su amiguito sí podía.

Adam pateó un lata de Coca-Cola que vio en su camino. Solo esperaba que ese chico no se interponga entre Adam y ella.

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