• C A P 2 •

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Cepillé mis dientes y me dirigí a mi cama.

"Llegas tarde" dijo Kyle cuando llegué a YMH.

Lo encontré con tres shots vacíos y una cerveza. Joder, Kyle ya había abierto el sobre y sí lo aceptaron en Columbia. Lo abracé, besé y lloré, un poco de felicidad, pero también de tristeza.
Mi mejor amigo en todo el universo se iba al otro lado del país y ya no iba a poder verlo más. Todo un año sin Kyle.

Quedaban unos meses para vacaciones de verano. Teníamos tiempo.

Sin embargo, no era Kyle quien me impedía dormir, si no más bien su hermano menor, Daniel.

Cuando eramos niños, eramos inseparables, junto con Kyle. Vivíamos en el mismo vecindario e íbamos a la misma primaria. El problema empezó en secundaria, cuando Daniel me avergonzó extremadamente el primer día para conquistar a una chica. Lloré mucho en el baño y Kyle estuvo ahí apoyándome. Desde entonces, nos odiábamos.

A veces simplemente imaginaba cómo sería si él se hubiera disculpado, y yo lo hubiera perdonado.

~

"¡KATRINA RYANS, ES LA ÚLTIMA VEZ QUE TE SALTAS GIMNASIA"

Mierda, me había metido en problemas. Hacia mí venía la fúrica profesora de Gimnasia, echando chispas por los ojos.

"Has asistido a solamente tres clases. ¿Sabes que si no apruebas este curso no pasarás a ser Senior?"

Arrugué los ojos. Simplemente yo no servía para eso.

"Profesora, esta clase no es lo que describiría como mi favorita..."

Me interrumpió: "No puedo dejar que simplemente no asistas a ella. Con todas las veces que has faltado ya reprobaste gimnasia". Ella suspiró y se frotó los ojos. "Tienes cinco semanas. Te haré un examen de condición y seré bastante meticulosa. Si no apruebas, tendrás que repetir todo este año, ¿vale?"

Asentí y en cuanto se fue entré en pánico. Choqué con muchas personas mientras caminaba afuera para tomar un poco de aire.

Esa tarde, me vestí con mi ropa deportiva e iba decidida a mejorar mi condición física.
Me dirigí hacia la plaza deportiva central de la secundaria y noté que los de soccer seguían practicando, así que ocupé un costado del espacio.
Troté tres minutos cuando me empecé a sentir exhausta, pero seguí porque eso estaba en mi cabeza. Vi a Daniel acercándose a mí con cara burlona. ¿Qué rayos quería? De repente sentí que todo a mi alrededor giraba y poco a poco se puso todo negro.

THE PERFECT RUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora