Cap. 2

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Volví a despertar con ese extraño olor a hospital recorriendo mis fosas nasales y volví a escuchar esa suave voz, creo que es de la misma mujer pero algo cambiada. A la vez que esos pensamientos pasaban por mi mente la chica de la otra vez entraba en el cuarto aunque estaba más vieja ¿Cuánto tiempo había estado dormida? No lo sabía con certeza, pero estaba segura que fue más del que debería.

-Por fin estas despierta.- Dijo cuando ya estuvo a mi lado. 

-¿Podría decirme donde estoy?- Pregunté yo,  ya un poco harta de la situación en la que me encontraba.

-Todavía no te lo puedo decir, tengo que estar segura al cien por cien que no vas a decir nada en cuanto salgas de aquí.

En ese momento me di cuenta de que estaba en un sitio que parecía una habitación de hospital pero no lo era, tenia la camilla e incluso el olor a hospital sin embargo no tenía ventanas, toda la luz provenía de las bombillas, eso podría significar que estoy en un sótano o bajo tierra. Intenté sentarme y que todo ese tiempo había estado acostada pero algo me lo impedía, tenía las manos atadas a la camilla. En el momento en el que me di cuenta de eso la miré un poco asustada, ella había estado todo ese tiempo callada, mirándome como si me estudiase con mucho cuidado.

-¿Porque?- Me miró como si preguntase algo obvio y se fue.


De nuevo me había quedado solo en esa habitación, quería salir de ahí a toda costa pero no sabía como. Me dieron ganas de gritar y llorar pero tenía que ser fuerte y no derrumbarme allí mismo, me podrían estar observando, quien sabe, esa mujer siempre aparecía justo en el momento en el que me despertaba, eso no podría ser una mera casualidad. Examiné la habitación de ''hospital'' de arriba a abajo y en efecto, había una cámara, parecía la típica de los centros comerciales pero más pequeña y más discreta. 

Todo comenzó Donde viven las historias. Descúbrelo ahora