En la oscuridad del bosque, con la vista fija en la mansión de los Bijuu, dos sombras observaron con detenimiento esa entrega apasionada que ocurrió a tan solo unos instantes, la primera sombra es de un cabello castaño corto pero muy alborotado, con dos pequeños mechones que caían por los lados de su níveo rostro, recogidos en una pequeña liga ambos, sus ojos grandes de un intenso color miel poseedores de un inmenso brillo a pesar de no notarse por la negra noche, facciones delicada pero bien marcadas, un yukata negro con detalles blancos y rojos, en forma de enredaderas en el fondo. Junto a esta sombra está el mayor de los dos, se podía apreciar un varón de complexión atlética de un largo cabello azul marino hasta la mitad de la espalda, igualmente con dos mechones cayendo por su pálido rostro, de ojos rojos junto a una sombra bajo los mismos, barbilla cuadrada, nariz perfilada, facciones varoniles, con un yukata negro destiñéndose a un azul oscuro hasta blanco.
- ¡Que emocionante! - exclamo feliz la primera sombra.
- ¿Es interesante ver a tu hijo teniendo relaciones con un doncel? – pregunto con una ceja alzada el peli azul y los brazos cruzados. Viendo hacia su acompañante, con un rostro estoico.
- Sí. – le respondió con una gran sonrisa tomando su mano y saliendo del bosque para llegar al jardín.
"¿Para qué pregunto?" el varón ya no sabía de qué sorprenderse, pero vamos, que clase de persona le gusta ver a otra teniendo relaciones con alguien... (No respondan, es en serio, aunque realmente me gustaría saber).
Ambos caminaron por el jardín, tomados de la mano claro que el doncel castaño arrastraba prácticamente al varón, su varón, y hay de la mujer o doncel que se atreviera solo a verlo... porque no saldría vivo.
- Aun no entiendo... - comenzó el varón. - ¿Si querías visitarlo no sería mejor durante el día? – le pregunto deteniéndose antes de ingresar a la habitación de Kurama la cual tenía vista y entrada directa al jardín y que por ciertas razones de la hermosa velada que tuvo, la puerta termino abierta. - ¿Tuviste que levantarme a mitad de la noche para ver como toma a cualquier doncel que se le cruce?
- ¡Ay por Dios, no seas tan dramático! – le dijo con un puchero, enfrente de su pareja. Pero olvido su pequeño enfado para poner una cara seria. – Ese doncel como le llamas es la pareja de tu hijo.
Ante esta revelación solo pudo abrir un poco los ojos, no era muy expresivo, pero el castaño pudo notar en ese rostro neutral de siempre la gran sorpresa que se llevó. Mientras el oji rojo estaba deseando que se lo llevara el diablo, genial, vio a su propia sangre acostarse con su futuro yerno, como le vería a la cara ahora... pero de repente recordó algo.
- Espera un momento, Ashura. – le dijo frunciendo el ceño. – Hace poco unos días llego un mensaje de Saiken diciendo que Kurama encontró su pareja, mas no lo había visto ni una sola vez. ¿Puedes explicarme como de un día para otro terminaron así? – le recrimino apuntando con su barbilla la habitación donde dormían plácidamente los que fueron amantes esa noche.
Ashura solo bajo la mirada nervioso, si se había metido con el destino del rubio doncel y lo había cambiado, si había hecho que Kurama fijara su vista en el lago mientras el blondo ingresaba a este, si había hecho que los instintos del pelirrojo lo dominaran y marcara a su pareja antes de tiempo, si había hecho que al chico le importara una mierda el estarse entregando a un varón que no conocía, si había... bueno cambiado muchas cosas, pero no se arrepentía, sin embargo la mirada del peli azul lo intimidaba mucho, y es que este solo se enojaba rara vez con él.
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Humanos y Demonios
RomanceSiempre ha habido diferencias, estas causan disputas y guerras... el odio gobierna y todo se destruye, nada les importara mas que lograr su objetivo. - Los quiero muertos. - Ellos no son nuestros enemigos. - Es mi deseo darles muerte a esas bestias...