Capítulo 1

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Hidan se encontraba en el patio de la secundaria tirado en el suelo al lado de su propia bicicleta, las hojas de sus libros volaban por todo el lugar mientras que la risa de sus compañeros se podía escuchar en toda la escena. No había nadie con autoridad en el lugar, únicamente alumnos.
Uno de los chicos causante de su caída, específicamente el que poseía mascara naranja agarro su mochila y la lanzo hacia uno de sus compañeros, jugando así a la pasadita con la mochila del peli grisáceo.
De mala gana Hidan se levantó del suelo para ir hacia el chico que ahora tenía la mochila con el objetivo de quitársela, pero no lo logro, el joven de cabellos azules lo empujo con fuerza para que retrocediera y allí aprovecho a lanzar la mochila de Hidan hacia otro. Ahora su mochila la poseía un chico rubio de coleta, y tras de ese se acercaron los demás.

— ¡Hijo de puta, dame mi mochila! — Hidan soltó aquella blasfemia exigiendo su mochila

— ¿La quieres? ¡Pues ven por ella! — Gritó el más alto del grupo, levantando en un brazo la mochila por encima de su propia cabeza para que Hidan no pudiese agarrarla.

Todos comenzaron a reírse de los intentos de Hidan en tratar de tomar su propia mochila, en como saltaba o se colocaba de puntas de pie tratando de tomarla, pero no lo lograba.

— ¡Devuélvemela!

Los que no eran integrantes de ese grupo de matones no ayudaban en lo absoluto, solo se quedaban mirando, otros apartaban la vista, otros grababan y otros simplemente se limitaban a reírse de la situación. Pero en ese momento llego un chico de piel morena, cabello negro hasta los hombros y ojos verdes, Kakuzu.
El asombro de Hidan abordó su propio rostro al ver la acción que hacia Kakuzu, este tomó del brazo al más alto y se lo bajo, arrebatándole allí la mochila. El grupo entero se había quedado mirando a Kakuzu, por otro lado, Hidan comenzó a sonreír un poco al ver la escena pensando que por primera vez en su vida alguien lo iba a ayudar.

Su mochila fue abierta por Kakuzu, quien la giro para tirar todo el contenido de esa al suelo.
Se había equivocado, era el mismo cantar de siempre.
Todos los presentes de la secundaria que se encontraban en el lugar comenzaron a reírse hasta más no poder. Inmediatamente ante la acción de Kakuzu la sonrisa de Hidan se había borrado por completo, mostrando un semblante serio mezclado con molestia.
Una vez que Kakuzu terminó de vaciar la mochila del más bajo, la tomo con ambas manos y la tiro hacia la cara de Hidan, comenzando también a reírse de su situación. Para molestar aún más a Hidan, Pain, uno de los chicos que integraba ese grupo le entregó una pegatina a Kakuzu, el cual se la colocó en la frente a Hidan y procedió a retirarse con los demás sin dejar de reírse en ningún momento.
La rabia que sentía Hidan en ese momento hacía que su sangre hirviera pero la misma inmediatamente paro al ver el rostro de Kakuzu, pensó que estaba delirando por la situación, había notado que Kakuzu paro de reírse para verlo con preocupación a esos ojos.

Allí Hidan retiro con su diestra aquella pegatina, notando que decía Tercera advertencia, inmediatamente cuando la leyó la hizo una bola. Viendo que Kakuzu dejo de verlo tomó la misma bola de papel que hizo con la pegotina y la tiro con fuerza hacia el moreno, logrando darle en la cabeza con esa.
Ante ese golpe Kakuzu por inercia se tocó la nuca y se giró para ver a Hidan, viendo como ese ya se encontraba arrodillado recogiendo todas sus pertenencias que estaban regadas por todo el suelo. Se mantuvo un buen rato observando al ojivioleta recoger todo, quedando atrás mientras sus amigos seguían el rumbo y lo olvidaban allí.
Mientras Hidan recogía sus cosas notó una mano ayudándolo a recoger las cosas, al reconocer de quien era inmediatamente el golpeo y recogió todo más rápido, sin importarle el orden.

— Lárgate. — Hidan ordenó con molestia en sus palabras.

Una vez dijo eso, Kakuzu se levantó y se alejó caminando con parsimonia, dejando al chico solo. De los ojos de Hidan comenzaron a brotar lágrimas, cuales secó rápidamente una vez que se retiró sus propias gafas. Ya cuando termino de recoger todas sus cosas se montó a su propia bicicleta y se fue pedaleando a su propia casa.

Después de todo... Eran de bandos distintos. Un popular bravucón y un nerd solitario.

Quédate Lejos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora