one-shot lucaya

#7 El engaño

Una noche de tormenta, en un pequeño apartamento de Nueva York se encontraba una joven rubia.

Se dejaba caer, deslizando su espalda por la puerta principal de aquel lugar con olor a pizza que llamaba hogar.

 Lloraba y no sabía como parar. Su rímel recorría sus mejillas sonrojadas, arrastrado por las lágrimas que no dejaban de salir de sus ojos rojos e hinchados. ¿cómo fue capaz de hacerle eso? ¿cómo pudo traicionarla de esa manera? ¿qué maldita maldición tenía que le impedía ser feliz? Toda su cabeza estaba llena de preguntas que no tenían respuesta, al menos por ahora, solamente sabía una cosa, no quería volver a ver a aquel chico que llamaban Josh Matthews.

Los pensamientos de la pequeña rubia se vieron interrumpidos por unos golpes en la puerta.

- Maya, ábreme por favor, puedo explicarlo.- le suplicaba el causante de tantos pañuelos mojados con lágrimas

- ¡Joshua, vete! ¡No quiero saber nada más contigo!- le gritaba la joven mientras se aferraba a sus rodillas.

 - Maya, en serio que puedo explicártelo todo.

Se levantó del suelo, dejando ver su vestido blanco con reflejos azules manchado por correr por las calles y su cabello, despeinado por la misma razón. Ahora miraba a la puerta, imaginándose al hombre tras ella.- ¡¿Qué mierda quieres explicarme?!- le gritó.

- Maya... yo...

- ¡¿Qué me vas a contar?! ¡¿En qué más me vas a mentir?!- la joven había comenzado y no podía detenerse, tenía que soltarlo todo, no iba a guardarse nada, no otra vez.- ¡Por esto mismo no quería comenzar ninguna relación! ¡Y te lo dije! ¡Me habría dolido menos que me hubiese dejado! ¡Pero me has engañado! 

- Maya, te digo que hay una explicación para todo esto.

- No hay ninguna, Joshua, ninguna maldita explicación.

- Sí, sí la hay.

- ¡No! Os he visto, y ¿sabes por qué?- Maya espera un par de segundos pero al ver que el hombre del otro lado no contesta, continua.- Porque es nuestro aniversario, ¡¿sabes lo ilusionada que estaba?! Iba a poder estar contigo, al fin ibas a dejar un poco el trabajo que  tanto te mantenía ocupado para estar conmigo... ¡He ido a la peluquería a que me hagan este estúpido peinado que tanto te gusta! ¡Me he puesto el vestido que tanto me decías que te encantaba! ¡ Me he arreglado por y para ti! ¡¿Y todo para qué?! ¡¿Para que te olvides y al ir a buscarte te encuentre con tu secretaria?!- la voz se le quebraba y las lágrimas volvían a salir, la rubia se deshizo el moño despeinado con furia, lanzando las tiras azules al suelo.- Pensaba que eras mejor que eso- terminó diciendo, más para ella que para el malnacido que continuaba en su puerta.

- Maya... yo...

- Basta, en serio, no hay nada que puedas decir... simplemente vete, no quiero volverte a ver jamás.

- Lo siento.- fue lo último que dijo el chico, la rubia apretó fuertemente los ojos mientras oía como el ascensor se cerraba, llevándose consigo al joven que tanto la había hecho sufrir.

Y allí se tumbó, en el suelo, esperando que todo fuese un sueño, o mejor dicho una pesadilla, una horrible pesadilla...

<3<3<3<3<3 <3 <3 

Ya había pasado una semana desde que Maya había terminado con Josh, no había sabido nada más de él desde que eso sucedió, pero tampoco lo quería... Estaba encerrada en su habitación... había pedido un descanso en la escuela de arte, quienes se apenaron de perder por un tiempo indeterminado una profesora tan buena como ella. Los cuadros que había comenzado semanas atrás continuaban igual, no había podido volver a coger un pincel en todo ese tiempo, hasta eso había podido estropear aquel idiota. Sus amigos habían tratado de hablar con ella, pero la rubia no quería.