Capítulo 2.

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-Estás hecha mierda, amiga mía - dice Sarah cuando entro al instituto el miércoles, dos días después de la fiesta, que fue el lunes por la noche.

-He estado de resaca - me excuso frotando mis ojos desmaquillados, y sintiendo las ojeras bastante marcadas.

-Ni que lo digas - exclama ella divertida y yo suspiro, en busca de mis libros dentro de mi casillero.

-Ojalá las ojeras se pusieran de moda - murmuro agarrando dos libros y una libreta, dispuesta a irme a clase de biología.

-No tendrás esa suerte - dice Sarah riéndose y no puedo evitar reírme. Caminamos juntas por el pasillo y entonces todos se quedan en silencio, provocando que Sarah y yo miremos extrañadas a todos.

-¿Se les ha comido la lengua el gato? - susurro sin dejar de andar y entonces veo como Sarah se queda mirando un punto fijo delante de nosotras; el chico nuevo, lleno de sangre, y estoy segura de que no es suya.

-¡Bieber! ¡¿Qué coño haces?! - grita su amigo persiguiéndolo por detrás y apareciendo también manchado, aunque no tanto.

Así que el nuevo se llama Bieber. Él me mira como siempre, frío, lo cual provoca que agarre con más fuerza mis libros. Lo que me sorprende, y estoy segura que a todos, es que se detiene a unos metros, mirándome, en silencio, con la mandíbula apretada. Y entonces, su amigo lo agarra del brazo, provocando que por primera vez desde que lo conozco, aparte la mirada.

-Oye... Vámonos - me susurra Sarah agarrándome delicadamente del codo y yo asiento algo confundida por la escena.

Con la cabeza agachada, empezamos a andar por el pasillo en su dirección, hasta que pasamos por su lado, y consigo oír un "Adams". Pero, haciendo caso omiso y pensando que todo ha sido una alucinación, sigo andando hasta entrar a clase y sentarme en mi lugar de siempre.

-¿Por qué se te ha quedado viendo así? - me pregunta Sarah en voz baja cuando la clase ya ha empezado y yo levanto la cabeza de mis apuntes para mirarla.

-No lo sé - respondo encogiéndome de hombros y ella frunce el ceño, insatisfecha.

-¿Ha pasado algo que deba saber? - me pregunta levantando una ceja y entonces pienso un poco: es mejor que no sepa nada de nuestro encuentro después de la fiesta.

-Nada de nada - respondo rotundamente y volviendo a fijar mi atención en los apuntes.

Las horas pasan lentas, ya que mi mente está perdida en algún lugar que desconozco. Y cuando suena el timbre a las 2:30, me alegra saber que puedo ir a casa.

-¿Quieres que venga a casa hoy? - me pregunta Sarah al salir y yo abro la puerta de mi coche lanzando la mochila dentro.

-Tengo que hacer el trabajo de física, si quieres ven a dormir - le ofrezco fijándome en que Bieber y su amigo salen del instituto ya limpios; ¿qué habrá pasado?

-Claro, vamos hablando - responde ella feliz para después dar media vuelta e irse.

Aún aparcada en el instituto, puedo sentir y ver cómo Bieber no me quita los ojos de encima, lo cual me inquieta. ¿Acaso me seguirá a casa? Lo veo capaz. Arranco rápidamente y en menos de 20 minutos ya me encuentro sentada en el sofá comiendo.

Después de pasarme toda la tarde haciendo el trabajo, miro la hora, dándome cuenta que son las 11 de la noche y Sarah aún no ha aparecido. Decido llamarla, pero me sale que su teléfono está apagado. Empiezo a preocuparme cuando veo que hace un buen rato que no se conecta a Whatsapp.

Oye, ¿estás bien? ¿Dónde estás?

Le envío por Whatsapp, esperando su respuesta. Minutos después mi móvil suena, y lo agarro corriendo.

S H A D O W    {Justin Bieber & ____ Adams}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora