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Antoinette se llevó a Cassidy casi arrastrándolo. Era medio imposible hacerle razonar e ir a fabricar más marionetas.


- No quiero ir. ; dijo Cass mientras ella se lo llevaba.

- Vas a ir, eres yo y yo soy tu. Yo quiero ir, así que tu también iras. ; dijo Anto.

- ¡No! Demonios, no es mi problema que se vaya al garete esta fábrica o mundo de fantasía ; dijo él enojadamente.

- Mira colega, si esto se va para abajo, tu te irás con nosotros, pedazo de burro. ; respondió Anto más enojada.

- Te estás insultando a ti misma ; dijo con tono burlón. - Ya te dije que no sé hacer marionetas o muñecas o esas cosas. ¡Solo me quiero ir! ; chilló amargadamente

- No te vas por que te lo digo yo, por favor. Te necesito mucho.. ; dijo Antoinette algo cansada

Hubo un silencio algo cortante, y Cass decidió pararse y seguirla. 


Llegando a la parte de fabricación, ella se puso algo contenta y ansiosa por empezar a crearlos, mientras que Cass observaba fijamente toda la sala.

Era un cuarto inmenso, parecía que les llevaba como 15 personas de su tamaño o incluso más altas. Tenía muchas máquinas raras y de diferentes formas, era algo muy extraño, pero al fin de todo, sabían muy bien. ¡Era algo magnífico!

- Muy bien, pues a empezar. ; dijo alegremente.


Era algo increíble y a la vez agotador. Pasaron días enteros intentando crear siquiera uno hasta que al final pudieron.

- Dios, ¡Qué cansancio! Quiero dormir.. ; dijo él medio pálido.

- Bueno, pues a esta marioneta le llamaré Dolce, ve a dormir anda.. Has trabajado mucho ; respondió Ant.

Pasaron meses y más meses haciendo marionetas hasta que un día Madame entró a la sala..


- Necesito hablar con usted, señorita ; dijo detenidamente hacia Antoinette.

- Voy, Madame ; respondió con un tono ligero.


Al ir al jardín, Madame Scarlet cerró la puerta con llave, pues no quería que nadie las escuchara..


- Ya sabes lo que tienes que hacer, Antoinette. ; Declaró hacia ella

- ¿No es muy temprano? Todavía se tiene que acostumbrar... ; preguntó Anto

- No, solo obedece. ; dijo firmemente.


La pequeña se salió del cuarto y puso su sonrisa más falsa.

La fábrica de marionetas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora