PRÓLOGO
Amor, amor, amor, amor, amor, amor... ¿exactamente qué significa esa palabra? Porque por más que lo busque, no logro entender. En las novelas, las películas, la vida real se habla del amor, como un sentimiento inagotable, de profundo cariño hacia esa persona tan especial, se habla de que se daría todo por él o ella, sin importar las circunstancias siempre estarías a su lado... ¿es esto amor?, porque para mi sólo es un hermoso sentimiento, que llega de repente, cuando menos lo esperas, y sin conocer nada acerca de esa persona, sabes que jamás podrás olvidarla; sí, hermoso al principio, pero que luego rompe tu corazón en mil pedacitos. ¿Por qué no hay una guía del amor? una guía que no diga sólo lo bueno, si no también lo malo. Si yo hubiera sabido que el amor acaba así, jamás me hubiera enamorado. Pero es que por más que he intentado convencerme de que enamorarme destroza tu alma, sigue acudiendo a mi, para agregar otra herida más en mi ser, para volver a llorar las lágrimas ya derramadas, para volver a sentirme inservible, usada... para volver a hacerme sentir que el amor jamás me llegará.
¿Es que el amor para mi siempre tienen que ser malos recuerdos? ¿por qué no recordar a todos esos chicos como parte de mi vida, como una agradable experiencia? no, siempre en mi vida el amor es un tema teñido de color negro, cuando esté vieja y piense en mi juventud, ¿no podré decir "hay, que tiempos"? no, lo recordaría como los momentos en que más sufrí. Lo más extraño de todo esto es que por más que se repitiera sucesivamente, no aprendía. No. Yo seguía y seguía, sin detenerme a medir las consecuencias, las consecuencias que yo sufriría más tarde. Volvía a enamorarme una y otra vez de muchachos que luego destrozaban mi corazón.
Lo que yo más deseaba era saber lo que era sentirse amada, porque hacía algún tiempo que había aprendido que ese sentimiento que me hacían sentir los chicos era falso, ni una porción de lo que realmente era sentir aquel sentimiento. Había llegado a la conclusión de que no conocía el amor, y me desesperaba no encontrarlo, ¿acaso una niña de 14 años debería preocuparse por ello, teniendo toda una vida por delante? pues sí, yo me preocupaba. Y demasiado.
En aquel entonces -ahora tengo 16- yo creía que estaba condenada a morir sin amar, sola. Que equivocada estaba. En ese entonces no sabía que el destino tenía preparado algo especial para mí, algo que recordaría para siempre, algo que sería un bonito recuerdo,a teñido de colores alegres y que cuando fuera anciana podría decir "que tiempos". Sí. Algo que me haría enormemente feliz. Algo que me haría descubrir el significado del amor.
Aquí comienza mi historia, la historia de Mia, una niña de 16, ignorante de las vueltas de la vida.
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Una vez más, subí corriendo a mi cuarto y me lancé a la cama,sollozando incontroladamente. ¿Es que los chicos siempre tenían que usarme? ¿no me veían como otra cosa que no fuera para poner celosas a sus ex y alardear de tener novia ante sus amigos? ¿eso era lo que significaba para ellos, sólo un objeto? Sollosé contra mi almohada, desquitando todo lo que sentía adentro. Odiaba mi vida, odiaba que siempre me rompieran el corazón, odiaba ser la única chica estúpida que se dejaba engañar con palabras dulces y luego terminaba como siempre, llorando. ¿Es que de nada servían las palabras de mis amigas? desde ese momento decidí escucharlas, y hacerles caso, así quizás evitaría más heridas. Y Gonzalo... él, el chico que era perfecto, que me había hecho sentir distinto que los otros, que me hacía creer que valía la pena, que no podría lastimarme, que al fin mi vida amorosa salía a flote... pero lo único que había hecho era ser como tanto otros, o peor. Ahora sabía que el tiempo pasado con él había sido toda una farsa, para volver con su ex. Me había utilizado, había hecho volver a mi ese vacío, ese sentimiento de no valer nada, de ser una más. Y lo peor había sido yo misma, convencerme de que él era distinto.
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Caído del cielo
Teen FictionLas promesas no se cumplen para siempre, y menos si son de amor, ya que el destino se encarga de hacernos olvidarlas. Pero no es el caso de Mia, quien todavía sigue firme, a pesar de los años. ¿Qué pasaría si el destino te tuviera algo inesperado, q...