Queridos lectores, mil disculpas por tardar siglos en subir este cap. pero aquí está! espero que les guste :) y un detalle: cambié pequeñas cosillas de los capítulos anteriores, quisiera que chequearan. Y refresquen la historia.
Un besote y dejen dus votos y comentarios.
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Los días pasaron, y mi relación con mi mamá siguió igual. Como estaba castigada -por haberle gritado de esa forma, y salir en medio de la noche- no podía salir a ningún lado.
Por mi parte, sabía que me merecía un castigo, pero no tenía toda la culpa. Mi madre había sido la que empezó todo este problema. ¡Además era injusto que estando en vacaciones no pudiera hacer nada! Toda una semana -que era el mínimo tiempo que consideraba mi madre que debía estar castigada- sin poder escapar de su presencia y de esas cuatro paredes.
Era intolerable pasar los días encerrada en mi casa, con la única compañía de mi música y mi mente. Por ratos me acordaba de aquel extraño chico que había encontrado en la arena, Adam. Ya habían pasado los días desde nuestro último encuentro, y por alguna extraña razón quería volver a verlo. Contemplar esos hermosos ojos verdes, acariciar sus rizos dorados...
Retumbaban mis CDs por toda la casa. Calculaba que quedaban como veinte minutos hasta que volviera mi mamá de su trabajo, así que me puse a disfrutar de la música, antes de que mi madre me obligara a apagarla.
Todavía seguía enojada con ella. Solo que ahora era peor. Directamente no hablábamos, y como sustituto de las palabras, ella había puesto la televisión. Agarré un almohadón de mi cama y lo tiré con todas mis fuerzas contra la pared. Me sentía frustrada. Era una adolescente encerrada en su casa, sin poder salir ni a la playa, ¡y con el calor que hacía! ni siquiera el ventilador al máximo servía. Me sentía como Fiona, la princesa en Shrek. Respiré varias veces y me pusé boca arriba, para que el aire me diera en la cara, pero aún así era inútil. Cómo deseaba poder estar justo en ese momento en la playa.
Definitivamente este era el peor castigo que me podían dar. Desde la última vez que ví a aquel extraño chico había tenido la intención de poder hablar con él, pero mi madre lo había arruinado. Sé que es un poco raro querer hablar con un chico al que ni conocía, pero algo en él tenía un efecto en mí. Algo que no sabía explicar.
En la última vez que lo ví, estaba distinto a como yo suponía que era (el chico enojado que gritaba incoherencias y con ojos centellantes por la furia), y por eso pensaba que podía ser otra persona. Quería darle una oportunidad, y quizás podría convertirse en mi amigo.
Y mi madre había arruinado la oportunidad de volver a la playa... ¡cómo me enojaba! aunque seguía sabiendo que era mi culpa... pero igual me enojaba.
Subí Moves Like Jagger de Maroon Five un poco más y me acosté boca abajo. Empecé a tararear el coro y a tamborilear el ritmo en mi mesa de luz. Solo quería desconectarme de todo.
En realidad, una tarea casi imposible. Esperaba que llegara ya el momento en que pudiera salir y respirar aire fresco, no tener que pasar tanto tiempo en mi casa sin hablarle a mi madre, estar entretenida... y poder hablar con Adam.
En ese momento creía que mi obsesión por dejar de estar castigada era para poder ser libre de nuevo... sentía una extraña sensación, que nunca había sentido. Y me preocupaba un poco... pero después de todo ¿quién no ha tenido sentimientos difíciles de descifrar en la adolescencia? Bueno, como tantas otras veces, lo dejé estar y no le dí muchas vueltas. Ya en su momento entendería qué es lo que pasaba conmigo.
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Caído del cielo
Teen FictionLas promesas no se cumplen para siempre, y menos si son de amor, ya que el destino se encarga de hacernos olvidarlas. Pero no es el caso de Mia, quien todavía sigue firme, a pesar de los años. ¿Qué pasaría si el destino te tuviera algo inesperado, q...