Capitulo 4

707 81 26
                                    

Ahora bien, aconteció que la madrastra compro un paquete completo para un spa, para ella y sus hijas en la ciudad de Stonhess.

-¡Hanjicienta! ¡Ven aquí, rápido!- llamo altiva su hermanastra

Hanji suspiro cansada, dejo lo que estaba haciendo y subió las escaleras hacia la habitación que originalmente le pertenecía.

-¿ahora que pasa René?-pregunto mientras se recostaba en el marco de la puerta con los brazos cruzados

-¿Dónde rayos están mis guantes de encaje morado? estaban sobre la silla hace unos días y ahora no están- explicaba lanzando todo lo que estaba enfrente en un intento de búsqueda pero estaba desordenando todo más de lo que estaba.

-y yo que sé, no tengo culpa alguna de tu desorden-

-cuida tus palabras mugrosa, tú no eres nadie para hablarme así-decía la víbora de su hermana mirándola feo

Hanji solo respiro hondo, conto hasta diez y entro a la habitación. Nada más alzo unas pantaletas y ahí estaban los guantes.

-¿no son estos?-mostrando los guantes.

-¡si esos son!- los agarro y ni siquiera dijo un gracias, salió de la habitación mientras la castaña le seguía.

Cuando llegaron al vestíbulo, quedo extrañada cuando vio a la madrasta y a Nifa cargando unas maletas al igual que René.

-oigan ¿A dónde van con tantas maletas?- pregunto curiosa

La mujer la volteo a ver con una gran sonrisa- pues vamos a un spa en Stonhess y estaremos allá por una semana-.

-Enserio porque no me dijeron antes, iré a prepararme-respondió alegre, ni subió dos escalones cuando escucho a la vieja y a su hija reírse como locas, se dio la vuelta para ver a Nifa pero ella solo evito su mirada.

-¿Quién dijo que tu irías? solo somos mis hijas y yo, pasaríamos mucha pena si una chiquilla andrajosa como tú nos acompañara. Además en esta mansión hay mucho trabajo que hacer y alguien debe quedarse a cuidar-

-Oigan esperen un momento ¿cómo van a ir a un spa que es tan costoso, cuando tenemos una gran deuda?-pregunto cruzándose de brazos

-Bueno digamos que tu equipo de química era muy lujoso y caro-se revisaba las uñas como si nada hubiera pasado.

-¡Que hizo que!- grito furiosa.

-Ay Hanjicienta tranquila solo lo empeñamos y ya, además no lo necesitas, pero no se hable mas, niñas vámonos-agarraron sus maletas y salieron.

Hanji suspiro derrotada y se sentó en un escalón, los ratoncitos se acercaron a ella -maldita vieja, algún día tendrá su merecido-tratando de no llorar

Eren se acercó a ella -tranquila, mira el lado bueno tienes una semana libre para ti sola-.

-exacto, sin escuchar esos horrible gritos y berrinches que hacen esas dos brujas, puedes levantarte tarde. Será como el paraíso- añadió Jean con una sonrisa socarrona.

-saben, tienen razón-se levantó y limpio algunas lágrimas que se le habían escapado- al diablo el orden y limpieza en esta casa, ya me preocupare por eso después, ¿quién quiere ir al río?-dijo alegre

Media hora después

-Y eso que esta allá mis queridos amigos es el río-les señalo a los pequeños que iban en una canasta.

-Vaya así que ¿ese es el mar?- pregunto maravillado uno de ellos

-No Connie, el mar es una gran extensión de agua salada que ocupa gran parte de la tierra, mientras que el río es una corriente de agua que desemboca al mar-le explico Armin como todo un experto.

La HanjicientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora