Capítulo 9

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Mientras tanto a varios kilómetros del palacio...

Hanji no dejaba de jadear pesadamente, esa carrerita le había llevado mucha energía.

-Pero valió la pena-se dijo para sí misma en voz alta, de repente la ventanilla de atrás se abre.

-Señorita, ¿todo bien ahí adentro?-pregunto la chica curiosamente.

-Si...todo bien-dijo sentándose bien-excepto que perdí una de las zapatillas, es una pena eran tan bonitas...oigan a todo esto ¿quiénes son ustedes?-pregunto mirándolos atentamente, la pareja sonrío.

-Yo soy Nac y ella es Mina-presento el joven.

-¡Oh! son ustedes quien iba a pensarlo-dijo riendo ligeramente-y el conductor supongo que Thomas ¿No?-pregunto en voz alta para que la escuchara.

-jaja me descubriste Hanji-

En eso el carruaje se removió salvajemente, la castaña noto que el cuero interior se estaba convirtiendo en una especie de filas de semillas y poco a poco se fue encogiendo, trato de abrir la puerta pero esta había desaparecido, entonces con su zapato comenzó a pegarle a la verdura y en unos cuantos golpes hizo un hueco donde pateo fuertemente hasta que se hizo un hueco más grande y salto, cayendo encima del frondoso pasto; su cabello estaba hecho un desastre, la tiara había desaparecido, al igual que su vestido, excepto la zapatilla de cristal y el collar de diamantes, una leve brisa soplo y su sensible piel se erizo.

-¡Ay, pero que frio!-dijo en voz alta abrazándose a sí misma-Armin, Connie ¿Están bien?-pregunto preocupada viendo a los dos tirados a un lado de ella.

El ratoncito rubio se levantó con un gemido de dolor-Creo que me quebré la cola-cuando volvió a la normalidad dio varias volteretas y finalmente cayó sobre su propia cola.

-¿Dónde estamos?-pregunto Eren. La luz de la luna llena iluminaba por completo la calzada y las orquídeas que la decoraban.

- A mitad del camino-respondió Hanji tomándolos y depositándolos en la zapatilla, le seguían la pareja emplumada y el ganso corriendo.

-¿Cómo estuvo el baile?-pregunto Jean.

-Fue maravilloso, también me entere que Erwin era el príncipe-afirmo sonriente pensando en todo lo que ocurrió en la noche-jamás olvidare esta noche-pero su sonrisa se borró al recordar que el pronto se casara con otra, una ola de enojo y celos le apareció, pero no podría hacer nada, ambos eran de mundos distintos.

Los ratoncitos notaron su tristeza y no preguntaron más, la caminata a la mansión Zoe fue silenciosa, llego directamente al ático, guardo el collar y la zapatilla en un lugar seguro, se puso su piyama y se acostó, pensando en el baile y los momentos felices que compartió con Erwin.

No habían ni pasado 15 minutos cuando unas voces molestas la sacaron de su sueño, no le dio importancia y volvió a cerrar sus ojos.

-¡Hanjicienta, baja en este instante! ¡No te eh dado permiso para que vayas a dormir, perezosa!-grito la vieja. Un tic apareció en su ojo derecho, apretó los dientes molesta y bajo.

-¿Qué quieren ahora?-pregunto cansada, la mujer solo la miro de arriba abajo y camino hacia la sala.

-Quiero que me prepares un té rojo-ordeno prepotente, Hanji rodo los ojos y se fue a la cocina.

Al rato regreso con una bandeja con un juego de tetera y tazas blancas con detalles en dorado pintados a mano, sirvió un poco del líquido en cada taza y se los entrego.

-¿Qué ocurrió en el baile para que estén tan temprano en casa?-pregunto inocentemente.

-El rey tuvo un ataque cardíaco y cancelaron la fiesta-respondió René en medio de un bostezo.

-¡Oh por Dios! Y ¿cómo está?-pregunto preocupada, recordó que cuando se tropezó con la reina, ella lo estaba ayudando a caminar.

-Al parecer esta grave, según escuche de Moblit que es gran amigo suyo fue se cree que no pasara de hoy-comento con tristeza Nifa.

"Pobre Erwin, ha de estar destrozado y su madre ni se diga" pensó con angustia.

-Si bueno...no es lo único interesante que paso en la noche-dijo Aurelia poniendo su taza en la bandeja-una chiquilla extraña apareció y no soltó al príncipe durante todo el baile-dijo molesta, Nifa y Hanji se intercambiaban miradas divertidas y trataban de aguantarse la risa, pero no pasaron desapercibidas por su fría mirada.

-Y se veía ridícula, parecía pordiosera con ese vestido-secundo René con celos.

-Aun así espero que esa mocosa haya disfrutado su tiempo con el príncipe, hoy me entere por boca misma de unos nobles que el rey lo comprometió con esa princesa Frieda de Sina-Hanji detuvo todo movimiento, sentía un frio en sus manos y una lagrima traicionera se deslizo por su mejilla, enseguida se la limpio pero no conto con que su madrastra la vio.

-Si me disculpan...quiero ir a dormir a menos que necesiten algo mas-pronuncio tratando de mantener la seriedad.

-Nada, puedes irte-dijo la madrastra con mirándola con enojo "Ahora que me doy cuenta esa chica al final llevaba lentes y era similar a Hanji, si mas no recuerdo la chica dejo un zapato de cristal, tendré que averiguar por mí misma si es o no".

Hanji llego al ático hecha un mar de lágrimas, sintió que su corazón se rompía por tercera vez, pero al mismo tiempo estaba contenta de haber conocido a Erwin y de haber pasado maravillosos momentos junto a él.

Nifa espero a que René estuviera profundamente dormida para ir a ver a su hermana, le propuso que cuando se casara con Moblit se fuera con ellos a su nuevo hogar, Hanji se negó al principio sabía que ellos dos querían pasar mucho tiempo a solas antes de que llegaran los bebes, pero la morena insistió, Moblit estaría feliz de tenerla lejos de su madre y hermana, un rato después Hanji acepto de buena gana.

Por mientras en el palacio se sentía una gran tensión, parte de la familia real y la servidumbre estaban angustiados, médicos entraban y salían de la habitación del rey preocupados, incluso algunos tenían las manos manchadas de sangre. La reina y su hijo no se habían levantado de sus asientos esperando a que les informaran sobre el estado del enfermo, a eso de las 3:20 de la mañana un médico algo mayor salió de la habitación muy triste, miro hacia ambos lados buscando a la esposa e hijo del rey, el pasillo estaba en penumbras y la débil luz de la luna entraban por los grandes ventanales iluminando a dos personas sentadas en el pasillo, la reina estaba descansando su cabeza en el hombro de su hijo profundamente dormida, mientras que a Erwin se le cerraban los ojos del cansancio en eso vio al hombre haciéndole señas de que entraran, él acaricio el hombro de su madre suavemente, la dama abrió poco a poco sus ojos azules y volteo a ver a Erwin y después hacia la puerta ahora abierta, al fondo su amado la miraba con ternura, sabía que algo no andaba bien, se levantó sin soltar la mano de su hijo y como flechas veloces entraron. El rubio en la cama estaba bastante pálido y sus ojos azules apagándose poco a poco.

Su esposa casi al borde de las lágrimas le tomo la mano-Oh mi amada Caroline, me estoy yendo quiero que sepas que eh sido muy feliz de estar a tu lado en estos 30 años-afirmo entre lágrimas-también estoy orgulloso de tener a un maravilloso hijo-dijo mirando con ternura a Erwin-busca a la chica, no la dejes ir, quiero que sean felices y que me den muchos nietos-dijo riéndose débilmente, la reina y Erwin también rieron entre lágrimas, de nuevo fijo su mirada en su esposa, levanto su mano izquierda y le limpio las gotas saladas que resbalaban por su mejilla

-Los amo tanto-afirmo finalmente cerrando sus bellos ojos azules y dando su último respiro.

-¡Andrew!-exclamo asustada acariciando su mejilla pero al ver que no se movía dio grito desgarrador y cayó al suelo de rodillas llorando, su hijo se arrodillo también y la abrazo en medio de llanto. Los médicos entraron corriendo a ver a su rey pero ya no había nada que hacer.

Cuando estaba amaneciendo muchos guardias y sirvientes corrían por las calles de la ciudad capital gritando a voz en cuello: ¡El rey ha muerto! ¡El rey Smith ha muerto! Por toda una semana el reino entero estuvo de luto por su querido rey que tanta paz y prosperidad había traído, varios líderes políticos y dignatarios enviaron el pésame a la destrozada familia real.

Ahora lo que más se hablaba era si el nuevo rey Smith sería tan bueno como su padre o no.


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