Capítulo 7

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Fue una larga semana pero por fin era domingo, Hanji termino a tiempo su vestido con la ayuda de los ratoncitos.

-Oigan y ¿cómo creen que es el príncipe?-pregunto mientras colocaba los vestidos de sus hermanas en sus respectivas camas.

-Y eso que importa, lo que más me interesa es su gran fortuna-confeso René mientras se maquillaba.

-No sé tú, pero preferiría saber cómo será el hombre con que pasare el resto de mi vida-dijo Nifa aguantando un poco la respiración mientras Hanji ajustaba el corsé.

-Pero tú no tienes que preocuparte por eso hermanita, dudo mucho que el príncipe se fije en ti-secundo René con una sonrisa burlona-y tú Hanjicienta, ¿alguna vez has conocido a algún chico?-pregunto fingiendo interés.

-Pues sí, es un hombre muy agradable-

-Y ¿quién era? un sirviente como tú-pregunto con altivez.

-No, es un guardia del rey-respondió tranquilamente terminando de amarrar la crinolina de aro en la cintura de Nifa-ahora te ayudare con el corsé René-

-¡Por supuesto que no! Nifa me ayudara, no quiero que me vayas a ensuciar con tus cochinas manos-dijo con indiferencia. Hanji rodo los ojos y salió de la habitación.

-¡Ay mis niñas, se ven bellísimas!-dijo la madrastra con dulzura y dándoles un beso a cada una en la frente. Ambas llevaban vestidos de falda de capa con mangas cortas tipo farol, solamente que el vestido de René era rojo pasión y el de Nifa era dorado combinado con blanco-con estos vestidos serán la envidia de las demás invitadas. Nifa recuerda que tienes que conversar con la gente, no te quedes toda la noche por el buffet-

-Claro-contesto con sarcasmo-no olvides vigilar a la cleptómana de tu hija mayor-dijo viendo de reojo a su hermana

-¡Deja de hablar así de tu hermana! O es que acaso estas celosa-Nifa suspiro pesadamente, no quería perder su valioso tiempo con idioteces-Ahora vámonos, debemos ser las primeras en entrar-Ordeno la mujer agarrando las manos de sus hijas

-¡Oigan esperen, no se vayan sin mí!-grito la castaña bajando con cuidado por las escaleras, llevaba un vestido tipo imperio de color rosado pastel, llevaba las joyas de su madre y su pelo suelto. La madrastra y René se miraron entre ellas, mientras Nifa le sonreía

-Wow, te ves her...-antes que terminara la oración su madre la interrumpió.

-¡¿Quién dijo que irías al baile?! ¡De ninguna manera dejare que una mugrosa y andrajosa como tú sea vista con nosotras!-dijo la madrastra enojada

-Pero ya estoy vestida, puedo llegar después de ustedes, pero de ninguna manera faltare al baile, no para ver al príncipe sino para volver a ver al chico que me gusta, si quieren me mantendré alejada de ustedes toda la noche-explico esperanzada. La madrastra arqueo una ceja mientras caminaba lentamente hacia ella con una sonrisa falsa en su rostro.

-¿Así? No sé cómo piensas ir al baile con ¡el vestido roto!-rápidamente le rasgo las mangas, Hanji grita horrorizada y retrocedió unos pasos.

-¡Maldita, como te atreves a robarte una de mis cintas!-mintió René sonriendo malvadamente mientras le arrancaba de un tirón la bonita cinta decorada de debajo de sus pechos que había comprado junto a Nanaba. Nifa veía con horror la maldad que le hacía a su hermana, quería defenderla pero sus piernas están paralizadas, su madrastra nuevamente ataco rompiéndole el hermoso collar de diamantes que era de su madre. La pobre no dejaba de llorar, todo el esfuerzo que había conllevado remodelar el vestido se fue al caño, después de rasgarle casi todo el tercio pelo de su vestido, la mujer y su hija se detuvieron, se dieron la vuelta y se dirigieron hacia la salida, René de forma brusca empujo a Nifa para que caminara.

La HanjicientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora