capitulo 3

32 1 3
                                    



Desperté por un jaleo que había justo al lado, sería mi familia, con alguna discusión estúpida. Cuando abro los ojos veo a Esfinge arrastrándose por el suelo como un animal, de una pared a con los ojos negros como el azabache, como si sus ojos fuesen solo pupila. El jaleo salía de él, eran como miles de voces surgiendo a la vez de su boca.

-Si es algún tipo de broma no tiene ninguna gracia –le dije a Esfinge muy acongojado.

En ese momento Esfinge gira la cabeza, como si acabase de darse cuenta de mi presencia. Echó a correr a cuatro patas en mi dirección, se abalanzó sobre mis hombros y dejando me aprisionado entre su boca y la pared, todas sus voces se callaron y habló una única voz femenina roca y grave

-¿Qué animal empieza andando a cuatro patas, luego a dos y finalmente a tres?

-¿Lo dices en serio? ¡Es el acertijo más clásico que existe! La respuesta es el hombre, gateando a cuatro patas hasta que comienza a andar bípedo y finalmente necesita un bastón, su tercera pata.

Sus ojos volvieron a adquirir un tono azul vibrante, del cual me acabo de fijar y se desmayó.

Mi vigilante se acerca a la celda me llama y me hace salir. Es la primera vez que le veo algún tipo de expresión en su cara: miedo, mejor dicho, pánico. Me llevó a su despacho, se quitó el casco, dejando al aire una mata de pelo que le llegaba hasta los hombros y que tenía que soplar de vez en cuando para apartárselo de los ojos. Abrió un cajón y sacó una botella de vino y una carpeta. La carpeta me la dio a mí, y mientras la habría, él daba buena cuenta de su botella de vino recién abierta, dejándola por la mitad de tan solo un trago. La carpeta estaba llena de fotos de una persona destripada y sangre por toda la celda, pero lo que más me impresionó fue ver a Esfinge con el costillar de aquella persona, comiéndola como si fuese un bocata de chocolate.

-La última vez que tuvo un episodio de esos hubo que llamar a Cronos y a Morfeo para que encerraran a la bestia en su cuerpo de nuevo, y todavía tuvieron dificultades. Para que te hagas una idea esos dos tíos son el jefe de seguridad y el jefe del cuerpo especial. Esa noche le hizo la misma pregunta que te hizo a ti, a Kraken. Cuando éste fallo Esfinge se abalanzó sobre su cuello, y, a pesar de que Kraken estaba rodeado de un tifón de agua de mar, el tifón fue absorbido por la boca de Esfinge y pasó lo que has observado en las fotos.

-¿Pero cómo pudo fallar un acertijo ten sumamente sencillo y conocido? ¿Y cómo va a absorber una boca humana un tifón?

-Sus ojos negros tienen el don de eliminar cualquier información relacionada sobre el tema qué plantea y obligar a responder la pregunta, y si se falla la pregunta realizada la bestia adquiere su verdadera forma, elimina cualquier tipo de magia y devora a su víctima. Eres la única persona que ha respondido al acertijo y ha sobrevivido para contarlo.

-¿Eso me concede algún privilegio especial o solo me hace parecer más culpable?

-Esto hará que la organización se interese más por tu colaboración, y si te comprometes a seguir manteniendo a la bestia a raya te concederé cualquier información que desees- dijo el vigilante con tono desesperado.

-Trato hecho. Ahora mismo tengo dos preguntas: ¿Cómo te llamas? Llamarte vigilante suena muy frío

-Yo soy Can Cerbero, pero llámame Cerberus, suena más cercano.

-Bien. ¿Para qué sirven los sellos esos aparte de para indicar que somos portadores de ese elemento?

-Una vez has comprendido el sello en su totalidad puedes tener el control sobre el mito.

-¿Cómo se puede comprender el sello si es cambiante, como es mi caso?

-Esa información escapa a mi compresión y a mi alcance. Solo los sellos de dioses poderosos son cambiantes, para ello debería preguntarle a Tot, Morfeo, Cronos, Horus, Afrodita o R...-Cerberus se cortó a medio decir el último nombre llevándose las manos a la boca.-Lo siento, te tengo que volver a llevar a tu celda.

La ira y la frustración en mi interior crecían sin control, no sé muy bien el motivo, pero a medio camino mis recuerdos se vuelven borrosos. Todo lo que recuerdo es que cuando pasaba junto a nosotros un agente con un par de alas solté una retahíla de palabras seseantes que no llego a entender y el soldado se empezó a retorcer en el suelo y me pareció ver una especie de culebra por el rabillo del ojo antes de que perdiera el conocimiento.

Cuando me desperté me encontraba en una celda de aislamiento. Frente a mi había una foto de un esqueleto sobre un montón de arena y un par de alas sin dueño. Frente a mi habían dos personas, uno un hombre con alas en el casco, larga barba y un martillo junto a su pie derecho apoyado en el suelo; y la otra era una anciana. Ambas personas discutían acaloradamente en un idioma que no pude reconocer. Cuando se dieron cuenta de que estaba despierto tuvieron la decencia de presentarse, solo les faltó los modales.

-Yo soy Thor dios nórdico del trueno y principal encargado de la policía del laberinto.-dijo el hombre con una voz rasgada.

-Muy hábil. Nadie de los prisioneros sabe que está encerrado en un laberinto-dijo la anciana, con un tono burlón

-Cállate Loki, y quítate ese estúpido aspecto

-¡Tan soso como siempre! Soy Loki, dios nórdico y encargado de espionaje- dijo la anciana a la vez que se transformaba en un hombre esbelto.- he estado informándome en tu tierra de origen sobre tus poderes y me ha dicho un pajarito que tienes muchísimo poder sobre el caos, hasta el punto de que cualquier diablo te adoraría.

-Esa habilidad sería muy útil tanto para la policía como para misiones especiales, pero viendo el resultado de tus poderes -dijo mientras señalaba con el martillo la foto frente a mí –te vamos a enviar a misiones especiales nada más termines tu entrenamiento. Ese entrenamiento será impartido por Cronos, con el fin de que controles tu sello por completo.

-Hasta entonces vivirás en esta celda y entrenarás aquí también. El único momento en que saldrás de esta celda es para controlar los episodios bestiales de Esfinge. Cancerbero te visitará a esta habitación nada más regreses para cumplir con su parte del trato.

-Tengo una pregunta: ¿Cómo maté a ese hombre?

-Según los testigos siseaste, y cito textualmente a los cinco testigos, "shconvertirshensharena" y una serpiente bajó por tu pierna hasta la Grifo, le mordió, se deshizo en arena mientras tú caías al suelo. A los dos minutos Grifo se había convertido en un montón de huesos, arena y plumas.

Desde ese momento me comencé a preocupar, no por haber deshecho a un hombre en arena como aquel que tose, sino porque me parecía lógico e incluso normal. Pero lo que más me preocupó fue sorprenderme a mí mismo sonriendo cuando Loki relataba lo acontecido.

Memorias de ApofisWhere stories live. Discover now