Capitulo 4.

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-Viejitos-

Sasuke y Naruto habían pasado toda una vida juntos pero había algo que nunca aceptaría el Uchiha. Que Naruto sonriera en sueños. Le daban unos celos imaginando que estaba soñando con la inútil de su sirvienta o esa anciana de Sakura. Después de todo, Naruto fue un poquitín mujeriego en sus años mozos.

Por eso, en cuanto lo escuchó roncar mientras fantaseaba en el mundo de Morfeo, se acercó lentamente, a la velocidad que daban sus pasos ahora, y le dio tremendo golpe en la cara con el abanico.

-¡¿Qué coño haces?! –se sobó la nariz mientras se inclinaba hacia adelante.

-¿Todavía me ofendes cuando te salvo la vida?

-¡¿Salvarme la vida?!

-Tenías un mosquito chupándote la sangre.

-Mira, Sasuke... -se levantó admirando como aun era más alto que su moreno esposo. –Yo ya me gané el cielo como treinta veces. Te he estado aguantando estas y otras tonterías desde antes de casarnos. Lo lograste, ya entendí que no me amas. Si ese era tu objetivo, no me tortures más.

-Soy un incomprendido. –le dijo mirándolo a los ojos. –Con lo que me desvelo por ti. –siguió acomodando los adornos de su mesita de centro.

-Muy gracioso, ttebayo.

-Venga, Naruto... ¿hacemos las paces? –le susurró coqueto colocando su mano sobre su cuello como siempre lo hacía cuando trataba de seducirlo.

-Ya, pues. –aceptó sintiéndose cohibido y emocionado mientras metía sus manos arrugadas en los bolsillos de su bata.

-¿Me das un beso de buenas noches?

-Que te lo dé tu padre... -se iba a vengar.

-¡Eh dicho que me des un beso!

-No, porque me muerdes, ttebayo.

-¡Eso es mentira!

-Y además te quejas de mi bigote de macho.

-¡¿Bigote?! Tu pelusilla esa... solo me pincha la cara, ya quítatela.

-Si tú quieres un beso, me lo vas a dar asi.

-Imbécil, esta reseco.

-Son cosas de la edad... -se excusó acariciando su escaso bigote entre rubio y plateado. –Como tú, ancianito, ¿Dónde está tu piel fina y lisita?

-¿Y tu quien te crees que eres, Jonny Deep? Mira, de joven eras ridículo, de mediano, patético y ahora eres una momia media ciega y con bigote. –lo miró con molestia. –Buenas noches.

-Maduros-

La hora de la comida, uno de los pocos momentos en los que Naruto se mantenía un poquito callado. Solo un poco pero algo era algo.

-¿Sabes que día es hoy, ttebayo? –le dijo luego de pasarse un bolo de alimento.

-Sí, el día antes de mañana.

-Bueno, si ¿y mañana? –preguntó emocionado.

-¿Cuándo te hicieron el último test de inteligencia?

-Creo que nunca, por eso me casé contigo. –mejor picotear su plato.

-Dios... no aguantas una broma.

-¡¿Y tu desde cuando haces bromas?!

-Desde que me casé contigo. –lo vio por unos segundos, Naruto estaba masticando con agresividad mostrando su molestia. –Mira cómo te estás poniendo por el colesterol.

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