Escenas De Matrimonio

Ultima parte

Ya no encuentro más episodios de ellos, los nuevos son tan...aburridos... que dan lástima... por eso me tardé tanto, estaba busque y busque en mis ratos libres pero no... u.u

Viejitos

Sasuke entró a su baño con una pijama que hace mucho que no usaba, de pantalón corto y camiseta a botones con detalles bordados. Extrañamente, hoy tenía una sonrisa en su rostro.

-Cada día me gustan más las películas románticas –empezó a contarle a su esposo –hace tanto que no me emocionaban asi... he llorado como un tonto -Naruto seguía limpiándose los dientes, escupió la pasta y le miró con extrañeza. -¿Tú has llorado?

-Sí, un poquito. –siguió su tarea higiénica.

-¿Por el abrazo al final o la despedida en el andén?

-Por lo buena que está Michelle Pfeiffer.

-Bueno... -se miró en el espejo y se talló el ojo –dime algo con amor...

-Amor... cillada

-Maldito insensible. –le dijo con un gesto presuntuoso –envidia que me tienes porque yo sigo divino y tu ya estas ruco. –siguió admirándose.

-¡¿Ruco?! ¡Bah!

-¿Pues cuántos años tienes? Si es que te acuerdas, claro. –le preguntó burlesco.

-Sesenta y ocho. –le dijo serio mientras enjuagaba su cepillo dental.

-Lo que me temía... un montón. No se puede tener tantos años, no sabes lo que deteriora eso.

-Es que yo no tengo tu suerte –le contestó –que cumples cada cinco solamente. –sacó espuma para afeitarse.

-Naruto ¿no sabes que hablar de los años es de muy mala educación?

-¡Pero tu sacaste el tema!

Sasuke se rio bajito y le miró por sobre el hombro con un gesto coqueto.

-¿Te he dicho alguna vez que eres muy guapo? –con esto, Naruto quedó con la espuma entre sus manos y una cara de estupefacción.

-...No. –le sonrió extrañado.

-Claro... porque es mentira. ¡Eres espantoso! –le dijo y sacó su lengua en gesto infantil.

-Mira Sasuke... si yo hubiera sabido que esto sería un infierno, no me hubiera casado jamás. –le contestó molesto y esta emoción creció al oírlo mofarse.

-Y si yo hubiera sabido que era tan divertido, me hubiera casado diez años antes.

-¿Pero qué dices? Divertido... si me odias, ttebayo.

-¡¿Qué va?! Dios, no... pero si eres el alivio para mis frustraciones.

-¡Dattebayo! –le miró asombrado pero luego con sarcasmo continuó. –Pero que profundo.

-Ya ves... esto es lo que hay. Solo hay una cosa que me enoja. –le dijo mirándole a los ojos. –Que vivir contigo es una condena.

-Pues mira que contigo... –al final, se rio y empezó a caminar a su habitación.

-¡¿Por qué ya no me sacas a ninguna parte?! –se quejó como última opción.

-Porque todos los lugares a los que podemos ir no nos dejan pasar por culpa de tus berrinches.