Prólogo

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Julio 22, 2013

Frío, humedad,  más frío, era todo lo que se podía sentir en esta bodega al este de Nueva York. Pero él seguía allí de pie, frente a mi y con esa sonrisa arrogante que lo caracteriza ¿Cómo es posible que sigan existiendo personas tan desagradables como él? Merecía el infierno ese maldito bastardo.

-Danielle, baja esa pistola, deja los juegos para otro día.

-Te dije que las manos arriba, no me hagas disparar y matarte en este instante - Mis manos temblaban y el arma que sostenía empezaba a temblar.

-Está bien, está bien -Note como se iba acercando - no pienso hacer nada, pero vamos, la Danielle Ross que conozco no es así. -¿Realmente este idiota cree que no me di cuenta que se encuentra más cerca de mí?

-La Danielle Ross que piensas conocer murió junto con la confianza que poseía en usted señor Hollaway, o debería decir ¿King? Aunque es irónico, ya que su único reino es el infierno.

-Basta ya maldita niña inmadura, baja el arma, o si no...

-¿O si no qué? ¿Piensa matarme de la misma forma que a Sammuel? Piense bien lo que va a hacer, porque puede cometer un error y...

Retumbó, el sonido de su cuerpo cayendo al piso, lo último que recuerdo de aquella noche es que empezamos un forcejeo, y luego su caída, voltee a ver el charco rojo que emergía bajo su cuerpo ya sin vida. No, no podía, había matado a un hombre, yo no quería, de verdad que no, pensaba hacerlo, pero entre querer y actuar hay una gran diferencia, mis manos se encontraban manchadas de sangre, entonces sentí un dolor fuerte en el vientre, después todo fue color
negro....

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