Juguemos

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Narra Guillermo.

Hoy es un día "especial" por así decirlo, tendré que ir a la casa de mis abuelos por dos semanas, el porqué, exactamente no lo sé.

En estos momentos voy de camino en la camioneta de mis padres a la casa de mis abuelos, tendré que soportar a los infantiles de mis primos Alex, Frank, Rubén y Miguel. Ellos tienen dieciséis años, ósea que son menores que yo. A pesar de que tienen esa edad mi hermanita tiene trece y la encuentro más madura que todos ellos junto, en fin eso no importa.

Estaba viendo por la ventana del auto que ya no estaba en movimiento a mis tías y abuelos recibir con alegría a mis padre y hermana en la oscura noche que solo se iluminaba por el brillo de los faroles. Vi fijamente mis pies pensando en cómo me la iría a pasar estas dos semanas. Me sobresalté al escuchar el golpeteo de la ventana, viendo que era mi padre así que bajé del auto.

-No te pongas así será divertido.- dijo mi padre revolviendo mis cabellos despeinándome.

-Te dije que no me gusta que hagas eso.- dije frustrado.

-A pesar de que tienes dieciocho, sigues siendo un niño.- dijo con una sonrisa contagiándome a mí también.

A pesar de que mis padres me obligan a hacer cosas que no me gusta, me apoyan en todo, mi padre es como mi amigo, siempre me escucha y me aconseja dándome a entender y a resolver mis problemas por mí mismo.

Me adentré a la casa encontrándome con mis tíos y tías recibiéndome con una sonrisa.

-Hola primo.- me giré para ver quién era, y era el fastidioso de Rubén, quizás que quiere.

-Hola.- dije con una sonrisa forzada.

-¿Quieres ir a jugar con nosotros?.- dijo Rubén con una sonrisa malévola que no me causaba ni una pisca de confianza.

Tenía mucho sueño, no quería ir a jugar con los inmaduros de mis primos. Hoy no fue unos de los mejore días de mi vida, así que quería dormí y olvidarme de todo por un momento.

-No quiero, tengo sueño.- dije desganado.

-O vas, o te atormento por estas dos largas semanas. ¿Qué te parece?.- dijo el demonio con una sonrisa de oreja a oreja. Conocía muy bien a mis primos y yo sé que Rubén es capaz de atorménteme por estas dos semanas.

-Bien, iré, pero contando que no me molestes.- dije algo enojado.

-Me alegro. Ahora, sígueme.- dijo. Lo seguí hasta el patio trasero donde se encontraba Alex, Frank, Miguel y mi hermanita.

Nos sentamos en un círculo esperando a que Rubén hablara.

-¡Habla ya!.- dijo Alex algo desesperado y con energías; no como yo, que casi me moría de sueño.

-Bien, empezaré por Guillermo. ¿Verdad o reto?.- dijo Rubén.

-Reto.- suspiré cansado.

-Tienes que ir al bosque y cantar la canción ESTAMOS EN EL BOSQUE cinco veces.- es que es un hijo de puta, él sabe perfectamente que ese bosque me da muy mal espina.

-V-Vale.- dije con mi voz llena de miedo.

Me levanté y me dirigí a la entrada del bosque. Comencé a camina en línea recta para no perderme y cuando estaba lo suficientemente lejos empecé a cantar

-Estamos en el bosque por mientras que el Lobo no está ¿El lobo está?.- primera vez.

-Estamos en el bosque por mientes que el Lobo no está ¿El Lobo está?.- no sé porque lo estoy haciendo si nadie me escucha.

JUGUEMOS EN EL BOSQUE (WIGETTA LEMMON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora