4- El día antes de la boda

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Cuarto capítulo.

Las últimas semanas del mes de abril habían pasado, la temperatura había bajado y era lo único bueno del mes. El día de la boda se acercaba y había sido todo una locura, las probabilidades de que el resto del año mejore eran pocas.

Para resumir las cosas del último mes, se podría decir que habían empeorado mucho ya que como sabía Kevin para mi cumpleaños no iba a poder venir, mis tíos iban a llegar sobre la hora de la boda, la psicóloga era un desastre porque a mi padre le había informado que no debía encerrarme en mi misma sino iba a tener una recaída y por lo tanto podría regresar al estado que tuve cuando era pequeña, como resultado él empezaba a pasar más tiempo conmigo y descuidar las tareas para la ceremonia lo que generaba que Fabiola se enojaba conmigo. ¡Genial la psicóloga me había empeorado la existencia, sin que yo abriera la boca! Y el momento más crítico había sucedido hace una semana.

Comienzo de Flash back

Fabiola no te gustaría que entremos adelante tuyo porque sino las personas no sabrán que mirar Rósela me había dejado sola con esta idea de que yo tocara el violín cuando Fabiola entrara a la iglesia porque sabía que no le gustaría pero ahí estaba yo de todas formas.

No, quiero que se sorprendan de una con mi vestido y…

Que las miradas se centren en ti —dije con tono de asco, ¿Quién me mandaba a hablar?

Sí, ¿Eso está mal? ¡No lo creo! Quiero disfrutar de mi boda y que todo este perfecto, lo que tú dificultas mucho sí le quitas tiempo a tú padre.

  ¿Crees que lo hago a propósito?

Si lo creo y también se que no quieres que se casé con migo pero debes superarlo, tú mamá murió y el está conmigo, la verdad es que no logras nada con tú carácter. Espero que no pienses arruinar nada el día de mi boda porque créeme, ¡Me vas a conocer!

Ahora sí me había hecho enojar pero en el momento que le iba a contestar mi padre se digno a entrar interrumpiendo nuestra conversación y mi respuesta.

Amor, pienso llevar a Sarah a jugar tenis, ¿Me disculpas por hoy?

Efectivamente tenía mala suerte pero lo peor es que ya estaba cansada de su atención Papá no puedo, tengo que hacer unos trabajos con Sam, ¡Para otra vez será!Me fui de la cocina.

Fin del Flash Back

La semana que había pasado de la discusión simplemente me la viví evitando a mi papá como al resto de las personas, los engañaba haciendo que salía para hacer deberes con alguien y cuando nadie me veía volvía a entrar para esconderme en el sótano, por otro lado no sabía qué hacer para que Fabiola me dejara en paz pero arruinar la boda no sería, porque después de todo era la de mi padre también y aunque parecerá una nena encaprichada yo deseaba su felicidad.

El día ya se terminaba y como siempre debía poner una sonrisa falsa para la familia, entre a la cocina luego de haber disimulado mi llegada, con una amabilidad que no era propia de mi salude a Fabiola y a su amiga, la que sería dama de honor, se llamaba Alicia y la cara de asco con ganas de fusilarme que me puso fue inmensa, ¡Si las miradas mataran yo ya estaría enterrada bajo cinco metros de tierra, gracias a ella!

— ¿En qué puedo ayudarlas? —dije como saludo.

—En nada, ya terminamos con los preparativos y mañana queda la decoración del salón.

Sacrificio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora