Salgo del cine junto a Aide, riendo de cualquier tontería que sale de nuestras bocas. Cuando se relaja puede ser igual de risueña que yo, o peor. Son mas o menos las 21.20 de la noche, terminamos teniendo un día de cine, al parecer muy divertido para las dos. A pesar de eso mis nervios por no haber estudiado no disminuían ni un poco, y las ganas de enseñarme de Aide tampoco. Lo bueno es que puedo comprobar que tengo una amiga que se preocupa por mí, lo malo es que yo no lo hago, y eso hace que no sirva de nada.-Sabía que esto ocurriría -digo mirando hacia al frente y cambiando de tema.
-¿Qué cosa? -me mira mientras reduce la velocidad con algo de preocupación reflejados en sus ojos color marrón.
Sonrío triunfante, por un lado para calmarla.
-Tres películas seguidas -me burlo mientras le muestro tres dedos en su cara. Ella solo mira hacia la calle para encontrar un taxi, ignorando.
-Cállate -dice con un tono divertido. Vemos uno que viene en nuestra dirección y hacemos que pare al lado nuestro.
Aide entra primero y le dice al conductor la dirección para ir a su casa. Como la de ella queda de pasada a la mía, tenemos que ir a la suya antes.
(...)
El cambio del paisaje es notable a los veinte minutos de recorrido. Los brillantes rascacielos, el bullicio de los autos y el comercio han sido reemplazados por grandes árboles otoñales, casas de un tamaño considerable y un silencio para querer echar una siesta en la vereda junto a las hojas caídas. Por el parabrisas delantero ya se puede visualizar la casa de Aide. Ella se prepara para salir y se despide de mí mientras le paga al conductor y le da las gracias. Ella siempre educada.
-Estudia -es lo último que le escucho decir antes de que abra la puerta. Yo asiento. Aún así no tiene caso estudiar si nada me entra, sólo pierdo tiempo intentándolo.
Me despido moviendo mi mano de un lado a otro. Después le doy al conductor mi dirección y en cinco minutos llego a mi casa.
A pesar de la corta distancia entre una y otra, mi vecindario es más humilde, con casas más pequeñas y una contaminación acústica considerable. Entro exhausta, aunque no hubiera caminado casi nada. Miro la hora y voy corriendo arriba al notar que mamá está a punto de llegar.
Me pongo la ropa que tenía puesta cuando se despidió de mí y dejo mis libros de física en la cama, junto a mí. Abro una página aleatoria de un libro al mismo tiempo que escucho la puerta abrirse.
Ella tiene la costumbre de venir a verme al cuarto cada vez que llega. No es que sospeche algo de mí, pero se ha hecho una costumbre para ella y lo he terminado aceptando. Mientras escucho sus pasos leo un párrafo en la hoja. Y no entiendo absolutamente nada, ¡ni una palabra!
Estás perdida, Hannah. Muy perdida.
Suelto un suspiro antes de que ella abra la puerta.
-Llegué -me dice al asomarse por la puerta. Yo asiento.
-Si, lo noté -digo, obviando la situación. Parecía una excusa que ella estaba poniendo para verme, una excusa que no necesita dar.
-Y, ¿estás bien para mañana? -pregunta ansiosa por una respuesta positiva, y se la doy sin rechistar.
-Sí, muy bien, creo que tendré la máxima puntuación esta vez -le sonrío de lado. Creo que me he pasado con lo que le he dicho, cuando vea que será la mínima puntuación le dará un infarto. Me hace sentir culpable, pero la alegría que expresa su cara me reconforta de alguna manera.
Se acerca a mí con los brazos abiertos y me da un gran abrazo.
-Por fin estás mejorando, pero qué bien. Aunque todavía no se vea en las notas. Tienes que demostrar que sabes -dice feliz, y a mí sólo me baja el ánimo. Me exijo a darle una gran sonrisa, y eso hago. Una gran y falsa sonrisa al mirarnos.
-Bueno, te dejaré estudiar un poco más -camina hacia la puerta dando saltitos y se detiene de repente -. ¡Ah! Y puedo pedirle a tu profesora de física que me entregue el resultado antes, para celebrar pronto.
Genial, en serio.
Creo que es urgente romper esa amistad, lo antes posible.
Ella cierra la puerta y tomo mi celular, que se encontraba debajo de uno de los libros. Le envío un mensaje a Amara, otra de mis mejores amigas. Si alguien sabía cómo acabar con esa amistad era ella. La mejor en los planes y organización.
Yo: ¡Amara! Te necesito, rápido D:
Ella siempre se demora en contestar, así que no me preocupo en ver cada treinta segundos el celular. Es una mujer muy ocupada, pero conmigo siempre se demora un poco menos.
Voy abajo por un café y pan con queso. Al pasar por el cuarto de mamá, noto que está viendo tele mientras escribe en un cuaderno que no había visto antes. Pero mi hambre es más fuerte que la curiosidad. Al terminar de hacerme todo me voy arriba para comer más cómoda y por última vez le doy una hojeada a las interminables hojas del libro. Pero sólo le presto atención a las imágenes que salen de vez en cuando en él, lo único que me llama la atención en las hojas.
En cinco minutos termino de ver las imágenes y preparo mi mochila para mañana. Me ducho y seco el pelo rápidamente, mientras veo los nuevos mensajes que me han llegado. Pero sólo abro el chat de Amara.
Amara: Adivino, ¿problemas
con ese chico de nuevo?¿Venganza? >:D
Yo: Menos mal que no es eso.
Es algo más importante:
la amistad de mi madre
con su nueva "amiga".
Tengo que detener eso,
me están dando muchos problemas Amara...
por su culpa empeorarán
las cosas con mi mamá.Lo envío y me pongo pijama. Son las 10.15 pm y cuando no hay fiesta me duermo a esta hora. Un problema menos para mamá. Aunque con lo que sucederá si no actúo pronto, me acostará a las siete en punto.
Termino de comer y me acuesto con el celular. Empiezo a ver vídeos y a medio minuto ya tengo otro mensaje de parte de una de mis mejores amigas.
Amara: Tengo una idea, pero
mejor te explico mañana,
no creo poder explicarlo
bien por aquí.
Buenas noches ;)Me despido de ella y contesto los otros mensajes que tengo pendientes, un par de parte de Aide, que me sigue insistiendo en estudiar conmigo mañana antes del examen, yo le respondo que no se preocupe ya que estaba estudiando ahora y estaba mejor. Sólo una pequeña mentirilla. Mando el mensaje y dejo el celular al lado para por fin quedarme profundamente dormida.
Continuará...
ESTÁS LEYENDO
El Muchacho de los ojos Tristes
Teen FictionElla quería una cosa, una cosa que solo él tenía. Ella quería saber, una cosa que sólo él sabía. Y para saberlo tenía que acercarse a esos ojos, esos que él poseía.