A Margarita Debayle [1] | Echando a volar

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Margarita, está linda la mar,

y el viento

lleva la esencia sutil de azahar,[2]

yo siento

en el alma una alondra cantar:

tu acento.[3]

Margarita, te voy a contar

un cuento.

* * *

Éste era un rey que tenía

un palacio de diamantes,

una tienda hecha del día

y un rebaño de elefantes.

Un kiosco de malaquita,[4]

un gran manto de tisú,[5]

y una gentil[6] princesita,

tan bonita,

Margarita,

tan bonita como tú.

Una tarde la princesa

vio una estrella aparecer;

la princesa era traviesa

y la quiso ir a coger.


La quería para hacerla

decorar un prendedor,[7]

con un verso y una perla,

una pluma y una flor.


Las princesas primorosas,[8]

se parecen mucho a ti.

Cortan lirios, cortan rosas,

cortan astros. Son así.


Pues se fue la niña bella,

bajo el cielo y sobre el mar,

a cortar la blanca estrella

que la hacía suspirar.


Y siguió camino arriba,

por la luna y más allá;

mas lo malo es que ella iba

sin permiso del papá.


Cuando estuvo ya de vuelta

de los parques del Señor,[9]

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⏰ Última actualización: May 05, 2016 ⏰

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