04.Italia alias la regañona.

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Nate.

Tengo tanta suerte, me volví a girar en mis talones y la mire, es y será siempre hermosa, tenía la que parecía ser su pijama puesta y venía con los tenis pisando de atrás.

–¿Qué haces aquí?—me miró frunciendo el ceño, volteo detrás de mí y vio a Melody—Melody Guadalupe de las Carmelitas felicitas, ¿qué estás haciendo ahí y con un perro?

–¿Ese es tu nombre completo?—mire a Melody con una ceja arriba.

–No así me dice mamá cuando se molesta conmigo.

Volví a mirar a Italia y ella señaló hacia adentro de la casa.

–Pasen los dos—indicó—Y muévanse—grito esta vez.

Melody y yo asentimos  y entramos la tome de los hombros y camine detrás de ella.

–Mami sí que está molesta papi—susurro.

Italia entro detrás de nosotros y nos giramos hacia dónde estaba ella la miramos y ella se cruzó de brazos.

–Como primer número me pueden explicar de dónde sacaron ese perro—hablo casi gritando.

–Es un cachorro mami y se llama Gumball por el increíble mundo de Gum... —interrumpió Italia.

–Ya entendí porque se llama así Melody, lo que no entuendo es de donde rayos lo sacaron—me miró a mí esta vez.

–Ella solo quería un cachorro Iatlia—se encogió de hombros.

–De acuerdo entonces tú—me señaló—vendrás a bañarlo y todas esas cosas que se le tienen que hacer—asentí, sonrei y mire a Melody—y tú—miro a Melody—sube a bañarte y te acuestas, mañana hay escuela—mi pequeña asintió y subió corriendo se detuvo a la mitad de la escalera y bajó a despedirse de mí.

–Adiós papi te quiero mucho, que dios te bendiga—dijo antes de depositar un suave beso en mi mejilla—hasta mañana papi—subió las escaleras brincando. Gire a ver a Italia y esta trago en seco.

–Ahora tú me explicas porque nunca me dijiste sobre su existencia—gruñí.

–No tienes nada de que reclamarme, cuando te fuiste me dijiste muy bien que no querías sabes nada de mí y que nunca en tu vida me querías volver a ver porque tu estupída carrera de rapero estaba comenzando, ¿lo recuerdas?—frunció el ceño.

–Pero no por eso me ibas a esconder que ella existía Italia, porque no tienes ningún derecho de eso, créeme que sigo sin entender porque lo hiciste, si hubieses sido una madre responsable o en serio me hubieras amado tanto como me lo decías me hubieras dicho lo de Melody—bufé.

No entiendo porque o que fue lo que hizo que en este jodido momento me molestara tanto. Ella se quedo callada y miro a otro lado, me recargue en la pared y la mire, ella se sentó en la silla que estaba detrás de ella y me miró de la misma manera que la estaba mirando yo.

–Contéstame algo Nathan, si yo hubiera llegado con la noticia de que estaba embarazada, ¿lo hubieras aceptado y hubieras dejado tu carrera a un lado por la niña?—me miró atentamente.

–Yo, no lo sé—ella es tan no sé cómo.

–Por esa misma razón no te dije nada, tienes el derecho de ver a Melody los días que quieras siempre y cuando sea aquí y cuando quieras llevártela me tienes que pedir permiso a mi y lo discutiremos, ya te puedes ir—se levanto y señaló la puerta.

Carajo me sentía como si el mismísimo director me hubiera regañado y no ella, camine hacia la salida y vi que ya estaba lloviendo, me detuve justamente donde ella estaba y la mire.

–Haré cualquier cosa por recupéralas—ella rodo los ojos y sonreí.

Le di un fugaz beso en los labios y salí corriendo, me cruce la calle sin fijarme de los automóviles provocando que una bicicleta chocará con mi escultural cuerpo.

–Nate—escuche como Italia dio un grito agudo.

–Baby Girl—murmuré sonriendo aunque en realidad parecía una mueca.

Corrió hacia donde me encontraba.

–Estas bien—se inco junto de mi.

Y antes de desmayarme lo último que vi fue su cara llena de preocupación.

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⏰ Última actualización: May 07, 2016 ⏰

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Daddy i love you «Nate Maloley»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora