La Cabaña Décimo Capitulo

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****La Cabaña Decimo Capitulo****

NO TE LO VOLVERE A ADVERTIR, ALÉJATE DE MARCOS O PAGARAS LAS CONSECUENCIAS. 

Me lleve la mano al pecho aterrorizada y sentí un dolor ardiente pues la noche anterior había derramado el cafe caliente sobre mi. ¿Quien pudo haber escrito eso? ¿Por que?  ¿Alejarme de Marcos? ¿Para que? Y, ¿Con que lápiz labial? Yo no usaba ese color tan profundo. Esto debe de ser una broma. Si, eso es. Una broma muy pesada. Pero me la iban a pagar quien quiera que lo haya hecho.  

Tome la ropa del día de ayer, que estaba apilada en el suelo, y limpie las letras dejando manchones en el espejo. Escupí unas cuantas veces en la tela y el espejo quedo como nuevo, lo único que podía ver era mi reflejo. Una Zunny con mejillas rojas y cabello que apuntaba en todas las direcciones me miraba con ojos hinchados. En mi mejilla derecha podía ver un pequeño cardenal formándose, me hizo estremecer al recordar la bofetada del tipo de ayer.  Decidí calmar mi melena haciéndome una coleta y me dirigí a la sala en donde estaban todos platicando silenciosamente. 

Marcos se paro en cuando me vio y se acerco a mi, “Zunny, te levantaste” dijo mientras tomaba mi mano y me ayudaba a sentar en uno de los sofás de piel. Dios, yo podía sentarme sola, no necesitaba tanta atención. 

“Si, eso parece” le conteste sarcásticamente, el solo sonrío. 

“¡La Bella Durmiente por fin despierta!” Exclamo Axel acercándose a darme un abrazo. “De nuevo estaba considerando traer un Principe Azul para despertarte” 

“Oh, verde suena mejor” conteste abrazando a mi hermano quien beso mi mejilla. 

“Lo tomare en cuenta la próxima vez que no despiertes” dijo guiñándome un ojo y regresando a su asiento. 

“¿Como te sientes?” me preguntaron Willy y William al mismo tiempo. 

“Bien, supongo. Ya no me duele la cabeza”

Eli se levanto de su asiento y se acomodo al lado mío, dándome un pequeño abrazo, “Zunny no sabes lo mal que me sentí ayer al ver entrar a Marcos contigo en brazos e inconsciente. Estaba muy preocupada” su mirada sinceramente preocupada me hizo sentir mal. 

“Lo siento Eli, no era mi intención preocuparlos” dije devolviéndole el abrazo. Marcos apreto un poco mi mano, reconfortándome. 

“No tienes que disculparte, tonta. No fue culpa tuya.” dijo Eli pinchando mi mejilla. 

“De ahora en adelante, tienes prohibido salir después de media noche, hermanita” escuche a Axel decir y gire mi cabeza para ver su expresión seria.

“Tu no puedes prohibirle nada a Zunny, ¿Quien te crees?” pregunto Yuli frunciendo sus delgadas cejas. 

Axel levanto su ceja izquierda, “Amm, ¿Su hermano mayor?”

Yuli imito su gesto y abrió la boca para decir algo pero no pudo puesto que otra voz la detuvo.

“Chicos, no van a discutir ahora, ¿cierto? Quiero decir, a Zunny le duele la cabeza” comento Mia sin despegar los ojos del libro que yo le había prestado la semana pasada, uno de mis libros favoritos. 

Marcos apreto de nuevo mi mano llamando mi atención, “Me alegra que estes mejor” me susurro en el oído, haciéndome cosquillas. 

Mi estomago protesto por comida y Eli desapareció en la cocina a buscarme algo de comer. 

Mis amigos me bombardearon con preguntas de como paso toda la noche anterior y después de contarles cada detalle y unos cuantos comentarios insultantes hacia mis agresores, cada quien se envolvió en sus propias conversaciones. Mia seguía leyendo el libro, acomodándose de vez en cuando sus lentes de lectura. 

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