Consiguiendo casa

734 53 8
                                    

Tomé mis cosas (que la verdad no eran muchas, solo mi celular, un libro, algo de maquillaje y ropa) y salí corriendo de mi habitación para encontrar a Camila sujetada contra su voluntad por dos tipos altos y musculosos que asumí que eran los guardias del hospital.

- ¡Ya te dije que no me toques desgraciado hijo de tu madre! - Gritó ella, intentando morder al guardia de su derecha.

- ¡Camila! ¡Para! - Le dije mientras corría hacia los tres.

- Oh T/N gracias a dios. ¿Le podrías decir a estos idiotas que me dejen ir?

Ambos guardias permanecieron en silencio, mirándome en busca de respuestas sobre qué le pasaba a la maniática que estaban sosteniendo.

- Ella está conmigo. Tranquilos, no es ninguna amenaza...

- Já, ya quisieras - me interrumpió. (Muy estúpido de su parte, si me preguntan)

Le di a Camila una mirada que ella conocía muy bien. Esa mirada de no te metas que le daba cada que nos metíamos en un lío y ella intentaba intervenir.

- Señores, les decía que ella no es ninguna amenaza, simplemente está alterada. Les ofrezco mis más humildes disculpas y les pido que la dejen ir. Yo me encargaré de ella.

Los dos sujetos simplemente se vieron mutuamente y asintieron.

- La dejaremos ir, pero más vale que no cause más problemas. - Me dijo el de la izquierda mientras ambos soltaban a Camila.

Rápidamente ella corrió hacía mi, se volteó hacia los guardias y les sacó la lengua.

Ellos solamente soltaron una sutil carcajada y se alejaron.

- ¡¿Camila qué te ocurre?! Esto es un hospital. ¡Compórtate por el amor de Ra!

- Antes de que me empieces a regañar, me puedes explicar...¿qué demonios está pasando aquí?

- No estoy segura, pero parece que de alguna manera llegamos al universo de Yugioh.

- Si claro, luego me vas a decir que entramos a Pokemon y que quieres ser un maestro. - Se burló de mí

Luego vio la seriedad en mi cara.

- Oh. Lo dices de verdad. ¿C-Como lo puedes decir de verdad? - Se empezó a asustar.

- No lo sé. Pero aquí en este hospital no vamos a encontrar respuestas. Hay que salir.

- Esto no puede ser. N-no podemos estar atrapadas aquí

- No creo que atrapadas, pero te tienes que calmar Camila.

Y entonces ella salió corriendo. Vaya manera de calmarse.

- ¡Camila! ¡regresa! - le grité mientras la perseguía hacia la entrada, esperando que, como había dicho el guardia, no causara más problemas.

Muy tarde.

Salí corriendo del hospital para ver el momento exacto en el que mi mejor amiga chocaba con alguien y ambos caían al suelo. Era un chico de aproximadamente un metro ochenta, tenía el pelo rubio y algo despeinado, ojos cafés, y llevaba una chaqueta verde encima de una playera blanca normal. Yo había visto Yugioh. Yo sabía quien era. Camila acababa de chocar con Joey Wheeler.

Una aventura inesperada (Seto Kaiba y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora