Una aventura inesperada (Seto Kaiba y tú)

Peleas Mañaneras y Fuertes Revelaciones

-Ugh... Maldita noche la de ayer. En qué demonios estaba pensando cuando le seguí el beso? Yo no quiero novio! Tengo que buscar a mi mejor amiga y salir de aquí! Ahora sigue un momento incómodo... - Pensé

Me destape y fui directo al baño a arreglarme como pude, algunas personas despiertan viéndose como modelos, en cambio yo ni siquiera me acerco a presentable, cosa que no es bueno ya que debo de bajar a ver a dos chicos.

Me lavé los dientes, me enjuague la cara y cepillé mi pelo, tendí la cama en la que había dormido y bajé a donde recordaba era la cocina para encontrarme con ambos hermanos ya desayunando.

- Buenos días - saludé cabizbaja

- Buenos días - respondió el menor de los hermanos alegre, mientras que Seto se limitó a levantar la vista de su portátil.

- Gracias por dejarme quedar pero Joey ya debe de estar preocupado y tengo que ver algunos asuntos con la policía así que... - intenté acabar pero Mokuba me interrumpió

- Oh vamos! Son apenas las 9 de la mañana. Quédate a desayunar, insisto

Demonios! Tengo que salir de aquí, no puedo ni ver a Kaiba a los ojos! Rápido, inventa una excusa, lo que sea! Solo no te quedes aq... - Esta bien - le sonreí. - Que estúpida eres

Tomé un plato y me fijé en lo que había para desayuno. Tomé un par de hotcakes y me senté a la mesa.

La mayoría del tiempo estuvo en silencio, yo desayunando, Mokuba en el móvil y Kaiba trabajando en la computadora. Parecía que había logrado salir de ahí sin incomodidades hasta que a Mokuba se le ocurre abrir la boca.

- Y... Cómo pasaron la noche?

- Bien, supongo - contesté rápido

- Que bueno - me sonrió - ¿y tú hermano?

Oh no

- En lo personal no pude dormir - dijo serio el castaño

- ¿Por qué?

Para de hablar porfavor

- Pues, cierto evento me dejó pensando

- Kaiba, sobre lo de anoche - me atreví a hablar rápidamente

- Si? - dijo, su visita aún en la máquina

- Etto... Quiero que sepas que no significa nada - dije nerviosa

- Ah no? - levantó una ceja, mientras Mokuba nos veía confundido.

- Yo mejor los dejo solos - dijo el hermano más pequeño para después irse de la cocina.

- No - continué - ahora debo concentrarme en mi mejor amiga. De hecho esa es la única razón por la que estoy aquí.

Kaiba simplemente soltó una carcajada y cerró la portátil.

- ¿Qué es tan gracioso?

- Enserio me estás diciendo que ese beso no fue nada?

- Si, ni el beso, ni tu y yo somos nada, fue un simple error.