Capítulo 2

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Pov Chico.

Iba caminando hacia mi casa, cuando iba caminando mire a una gran cantidad de gente como unas 6 o 7 personas para ser especifico que estaban rodeando algo o eso pensaba, decidí acercarme y mire a una muchacha tirada en el césped en la entrada del bosque, ¿Qué estaría haciendo ahí? Me pregunte, decidí acercarme y ver si estaba muerta o simplemente desmayada, tome su mano y busque su pulso en su muñeca, en la cual me di cuenta que solo se había desmayado. Mire a la chica y se me hizo conocida, pensé que tal vez la había visto antes en el pueblo o me había topado con ella en algún lugar, pero sinceramente no lo recuerdo y tampoco me interesa mucho, comencé a moverla esperando que despertara, lo cual dio resultado y abrió sus ojos lentamente, su mirada se veía vacía, en esos grandes ojos celestes no veía nada, solo un vacio infinito y muchas dudas en ella.

Comencé a hacerle varias preguntas como, cuál era su nombre etc. Para saber si la conocía de algún lugar y al mismo tiempo ayudarla, nadie de los que nos estaba rodeando se molesto en llamar una ambulancia... la gente de este pueblo se preocupa principalmente por ellos que por los demás y más si se trata de una desconocida. Ya que los demás se percataron que había despertado, comenzaron a irse del lugar, esa chica se veía muy perdida, parecía que estaba muy lejos de casa y no sabía el camino de regreso, realmente seria un poco cansado tener que ayudarla, ya que había reaccionado un poco y había bajado de la luna, ella comenzó a hacerme preguntas, como si en donde se encontraba, o si la conocía.

Realmente esta chica me traerá muchos problemas, pensé.

Al final pudo recordar su nombre lo cual ya era algo bueno, pregunto por mi nombre pero realmente no sería bueno que la relacionaran conmigo, preferí ocultárselo por el momento.

Su nombre era Aria, era realmente lindo, ella enserio que me recordaba a alguien pero no recordaba a quien.

Me pidió que la ayudara y no tengo de otra, aunque no quiero que la gente de este pueblo empiece a hablar, podría llegar a causarle problemas a ella o que empezaran a hablar mal de ella y no me gustaría que comenzaran a inventar rumores de alguien que acababa de aparecer aquí sin poder recordar, como había llegado aquí o todos sus recuerdos.

Dejare ese problema para después y les contare un poco sobre mí, soy alguien serio después de muchas cosas que eh vivido, no hablo con mucha gente de este pueblo, solo con pocas personas y la mayoría son de las tiendas que frecuento, este pueblo a esparcido varios rumores míos debido a que no suelo compartir mucho sobre mi vida personas o por que decidí mudarme a este pueblo, creen que soy alguien cruel y despiadado por no mostrar emociones. Vivo en una casa un poco alejada del pueblo, es mediana, no es la gran cosa pero es lo suficiente para mí ya que vivo solo.

Me di cuenta que había estado demasiado tiempo metido en mis pensamientos cuando Aria paso su mano frente mi cara para que reaccionara.

-¿Qué pasa? Le dije.

- No nada, lo siento, solo que ahora a dónde iremos?

Me quede pensando un momento que podría hacer para ayudarla.

-Puedes quedarte en mi casa hasta que recuerdes lo que necesitas, o decidas irte.

Aria había puesto una expresión entre triste y preocupada

-No me gustaría ser una molestia para ti.

-No tengo ningún problema. Me había causado un poco de gracia lo que dijo así que sonreí. –Vivo solo y mi casa es lo suficientemente grande.

-Ya veo. Dijo ella un poco ¿sorprendida? Creo.

-Entonces si no tienes ningún problema si me gustaría quedarme. Dijo con una gran sonrisa.

Yo solo asentí

-Bueno tengo algunas cosas que hacer antes de ir a casa, así que no se si quisieras acompañarme o podrías quedarte en la cafetería que está cerca del lugar al que voy.

-Te acompaño.

-Está bien. Dije esto y así acabo nuestra conversación que al principio había sido un poco incomoda.

Comencé a caminar y ella se puso a mi lado y me siguió, me dirigía a las oficinas de correo en el centro del pueblo para recoger unos planos que tenía que completar de mi trabajo. Soy arquitecto y trabajo desde casa, me mandan pedidos de trabajos y yo hago los planos y me pagan bien por ello.

Llegamos a la oficina de correos y Aria decidió esperarme fuera, mire a Walter, el encargado de entregar los paquetes y lo salude.

-Buenos días Walter. Dije.

-Buenos días. Dijo con una gran sonrisa como siempre.

Walter tenía más o menos unos 50 años, era de complexión alta y su pelo estaba totalmente canoso.

-¿Que lo trae por aquí tan temprano? Me pregunto el señor Walter.

-Vine por unos planos que mandaron de mi trabajo, si los recibió?

-Déjame checar, ahora vuelvo. Dijo para irse por la puerta detrás de el que daba a un gran almacén lleno de cartas.

Volvió en unos pocos minutos

-Aquí tienes, esto es lo que buscabas?

-Así es muchas gracias Walter, hasta luego.

-Hasta luego, oye una pregunta rápida.

Voltee a verlo de nuevo ya que estaba camino a la salida

-¿Qué pasa? Dije.

-¿Quién es la chica que te acompaña?

-Es una conocida que vino al pueblo

-Ya veo. Dijo Walter por ultimo

Salí del lugar para encontrarme con Aria

-Oh, ya has terminado? Me pregunto tímidamente

-Así es, podemos irnos, ¿Quieres pasar antes a la cafetería por algo de comer?

-Realmente no tengo dinero para pagar. Dijo apenada.

-Yo invito. Dije con una cara seria lo cual no era raro de mí

Ella me agradeció y sonrió dulcemente, a lo cual solo la mire.

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